La AMIA y el fiasco de los 45 casetes


El propio presidente Néstor Kirchner debió salir a aclarar que las meneadas cintas no están en su poder. El episodio podría complicar la relación del gobierno con la comunidad judía. Atribuyen el papelón a un "error de interpretación".

El anunciado hallazgo de los casetes con información sobre el atentado a la AMIA se convirtió en un fiasco que amenaza con erosionar la relación que mantienen los dirigentes de la comunidad judía y el gobierno nacional y afectar la credibilidad que venía sosteniendo la administración kirchnerista en el tema.

El presidente salió a aclarar ayer que el gobierno no posee las 45 cintas con escuchas telefónicas de las que habló el lunes el titular de la mutual israelita, sino los recibos de quienes se llevaron los casetes que hace diez años fueron misteriosamente extraviados y regrabados, información que, vale aclarar, ya estaba incluida en la causa de la denominada "conexión local", cuyo juicio oral se lleva a cabo en el Tribunal Oral número 3 de Capital Federal.

De este papelón -uno más en una investigación castigada por el encubrimiento político, la pésima actuación de la Justicia y muchas otras irregularidades que contribuyeron a que el caso continúe impune- el gobierno no pareció dispuesto a hacerse cargo, ya que tanto Néstor Kirchner como funcionarios de la Casa Rosada insistieron ayer en responsabilizar al titular de la AMIA, Abraham Kaul, por lo que consideraron un "error de interpretación" de los dichos presidenciales.

"Está totalmente claro que lo que yo le dije al señor Kaul es que lo que se había presentado en la causa son los recibos de quienes se llevaron los casetes", dijo ayer Kirchner. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sugirió más tarde que el titular de la AMIA confundió las expresiones del presidente acerca del hallazgo de información sobre "la ruta de los casetes", y atribuyó el malentendido a "la necesidad del dirigente judío y todos los argentinos de encontrar datos que ayuden al esclarecimiento del atentado".

El lunes, tras una audiencia con los directivos del Comité Judío Americano de la que participaron también miembros de la AMIA, Kaul reveló que Kirchner les había comunicado la aparición de 45 de las 66 cintas con las escuchas telefónicas al reducidor de automóviles Carlos Telleldín, que se habían dado por perdidas en los meses posteriores a la voladura del edificio ubicado en Pasteur 633 de esta ciudad.

Sorpresa

Por eso ayer, sorprendió que el gobierno poco o nada dijera del mutismo que guardó el secretario General de la Presidencia Oscar Parrilli durante la conferencia de prensa en la que Kaul dio a conocer la noticia, como así tampoco se brindaran explicaciones frente a la demora de 24 horas en aclarar lo que se insiste en presentar como un malentendido. "Evidentemente se le ha pasado (a Parrilli)", fue la justificación del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien aseguró que en la mañana de ayer le comunicó personalmente a Kaul la confusión en la que había caído.

Algunas fuentes aseguraron que ya desde la noche del lunes, funcionarios de los organismos de seguridad involucrados -la Side y la Policía Federal- habían advertido el error atribuido a Kaul, y aclararon que lo entregado eran entre 20 y 30 remitos que confirmaban la entrega de las cintas al ex titular de la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal, Jorge Palacios, quien al declarar en el juicio oral a la "conexión local" ratificó que los había derivado a la División de Protección del Orden Constitucional (POC).

Para colmo, enterados de la presunta aparición de los casetes, los jueces Claudio Bonadío y Rodolfo Canicoba Corral, a cargo el primero de la investigación de las irregularidades de la causa AMIA, y el segundo del expediente principal del atentado, habían comenzado a citar a funcionarios de la Policía Federal, la Side y el Ministerio de Justicia para que dieran detalles del hallazgo de las cintas que varias veces habían solicitado como elemento de prueba, y nunca habían obtenido porque -según se les aseguró- habían sido extraviadas.

Versiones y operaciones

Anoche, mientras los directivos de la AMIA guardaban un estricto silencio, el vicepresidente de la DAIA, Jorge Kirszembaum, optó por considerar el episodio como un error, aunque la entidad -que fue objeto de fuertes críticas en el último acto realizado para conmemorar los diez años del trágico atentado- reclamó una audiencia urgente con el presidente Kirchner para advertirle que "él también puede ser víctima de versiones y operaciones" y pedirle "mesura y racionalidad" en el manejo de un tema tan sensible para la comunidad judía.

La dirigente de Memoria Activa, Diana Malamud, confesó sentirse "sorprendida" por lo ocurrido y preocupada por la dificultad en saber "de quién fue la desprolijidad". No obstante, remarcó: "Kaul hizo el anuncio en una conferencia de prensa en la propia Casa Rosada, que a la vez está transcripta textualmente en la página web de presidencia, por eso me llama la atención que haya demorado tanto el gobierno en salir a desmentirlo". (CIM-Corresponsalía Buenos Aires).