Chalet está sumido en el abandono

Donde termina calle Jujuy, la montaña de basura crece día tras día, a pesar de la quema que realizan los vecinos. FOTO: AMANCIO ALEM.. 

Hay mucha basura acumulada y de noche la iluminación es deficiente. En muchos frentes de viviendas los vecinos colocaron focos para iluminar las calles. El sector más humilde reclama que la EPE provea el servicio y regularice la precaria instalación.

Frente al club Colón, cruzando el acceso al Puente Carretero, está sumergido barrio Chalet. Desde arriba se observan los techos de las casas que lo conforman, algunas -las del fondo-, muy precarias y otras, de buena construcción, pero todas erigidas sobre terrenos muy bajos.

Una palabra define su fisonomía actual: abandono. Los chicos están todavía de vacaciones y corretean de un lado a otro; sin embargo, esto no alcanza para dotar al barrio de colorido y alegría.

Transitar por sus calles en mal estado puede resultar toda una aventura, ya que hay que sortear una serie de obstáculos que degradan el paisaje: montañas de basura en muchas esquinas (donde termina Jujuy hay una de considerable tamaño); altas parvas de chatarra que ocupan espacios públicos; baches; aguas servidas y desagües llenos de desperdicios.

"Por suerte, la semana pasada la Municipalidad cortó los yuyos porque no te imaginás lo que era esto", informó una vecina, en tanto otra agregó que no efectuaban dicha tarea desde el año pasado.

En el sector del fondo, más atrás de calle Lamadrid, la maraña de cables casi al ras de las humildes viviendas es un peligro siempre latente. El servicio fue conectado en forma particular por cada vecino, que compró sus propios cables, pero la tensión no es suficiente y cada tanto se les quema algún electrodoméstico.

"Queremos que la EPE regularice la instalación de la luz, aunque tengamos que pagar por el servicio una cuota social", coincidieron varias mujeres que están cansadas de lidiar con este inconveniente.

ILUMINACIÓN PROPIA

El alumbrado público es también deficiente. "Si te fijás, la mayoría de los vecinos colocó en el frente de su casa una luz para alumbrar la calle porque, si no, a la noche, esto es una boca de lobos", comentó Miriam, desde el interior de su despensa de calle Jujuy.

Ella y otros coincidieron en que el problema más grave de Chalet es la inseguridad, "que se agravó después de la inundación".

"Los repartidores no pueden ingresar porque hay chicos del barrio que están a toda hora esperando que lleguen para cobrarles peaje". Unas cuadras hacia el norte, un vendedor de cigarrillos entregaba la mercadería en un kiosco mientras un efectivo de seguridad custodiaba la operación.

Varios testimonios coincidieron en que, luego de la catástrofe, el camión recolector de residuos sólo transita por algunas pocas cuadras, lo que obliga a los vecinos a trasladarse hasta las esquinas.

Lo cierto es que, después de abril de 2003, "todo cambió y ahora hay una sensación de dejadez total, sobre todo, por parte de la Municipalidad", afirmó una mujer desesperanzada, como mucha gente del Chalet.

DIFÍCIL ACCESO

Con respecto al transporte público, no hay colectivo que ingrese al interior del barrio y algunos vecinos están obligados a caminar varias cuadras hasta (o desde) calle Solís por donde pasan.

"Los remises tampoco quieren entrar porque ven que todo está oscuro y las calles llenas de pozos. A la noche se nos complica".