La designación de Martín Redrado al frente del Banco Central de la República Argentina no causó gran revuelo entre la comunidad económica, al tratarse de un liberal moderado, con experiencia en el trabajo con bancos y no lejano del perfil de Prat Gay. Este cambio tampoco hizo ruido en la City, donde la Bolsa de Comercio de Buenos Aires se mantuvo tranquila y cerró en alza y el dólar tuvo una leve suba de un centavo en su cotización.

La salida de Prat Gay de la jefatura de la autoridad monetaria, adonde fue designado por el ex presidente Eduardo Duhalde y ratificado posteriormente por Kirchner, se desencadenó por la discusión en la renovación de la cúpula del Central. La intención del primer mandatario era contar con mayoría propia dentro de la entidad, que controla y define las reglas para todos los bancos e instituciones financieras, influye en la cotización del dólar por medio de sus intervenciones en el mercado mayorista y tiene injerencia en las políticas cambiarias y monetarias.

Desde el BCRA precisaron que Prat Gay continuará en sus funciones hasta el próximo jueves, cuando concluye su mandato, para entregarle la gestión a su sucesor en forma ordenada. Por lo tanto, "Prat Gay no renunció y estará en todos los temas monetarios hasta el final".

Hasta el mediodía, se desconocía quién reemplazaría a Redrado en la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería. Sin embargo, se desmintió la versión que circulaba ayer de que el economista y empresario Javier González Fraga ocuparía ese lugar.

Según mencionaron los allegados a González Fraga, no hubo ningún ofrecimiento de parte del gobierno para que reemplazara a Redrado. Por otra parte, aseguraron que "de haber existido la oferta, tampoco la hubiera aceptado". Por otra parte, González Fraga no compartiría la visión oficial respecto del rol de la Argentina dentro del Mercosur, un escollo insalvable si se tiene en cuenta que la principal actividad de esta secretaría pasa por las negociaciones del bloque regional.

Este sería el segundo desencuentro entre el gobierno de Néstor Kirchner y González Fraga, luego del fallido intento de colocarlo como director del Fondo Nacional de las Artes (DyN).