(De)Mostrar(se)
Por Leonel Giacometto (*)

Envuelto en un clima circense, y después de enamorarse, morirse y desenterrarse sobre las polvorosas tablas de la Sala Mayor del Teatro Municipal 1° de Mayo, Lorenzo Quinteros cerró el Argentino de Teatro, en la noche del domingo 12, con estas palabras: "Ahora que estoy vivo, no me olvido de vivir. Ojalá ella, la vida, no se olvide de mí". Quizás estas últimas palabras de la obra "El resucitado", basada en el cuento "La mort d'Olivier Becaud", de Emile Zola y dirigida por Roberto Villanueva, sean un indicio, una señal de la intención de los organizadores del evento: mostrar. (De)Mostrar(se) que, representada o no, arriba o abajo de un reflector, la vida (cultural, social, en sí misma) se abre camino cuando quien la vive está dispuesto a vivirla.

Ésa fue, pareciera y entre otras menos poéticas y más prácticas, la premisa de la Dirección de Cultura de la Universidad Nacional del Litoral a la hora de darle cuerpo al Argentino de Teatro. Hacía rato que Santa fe (la provincia) no organizaba un "evento de representación". Si bien Rafaela fue "La" Fiesta Nacional del Teatro; el Argentino de Teatro "representó" la muestra de capacidad intrínseca de una ciudad que, sobre y a pesar de todo, apuesta a convertirse, con el tiempo, en un referente, en un lugar donde la vida de cada persona sea algo más que un dato demográfico (o un voto).

Una, digamos, "curiosidad": la ausencia física de autoridades (tanto municipales como provinciales).

Un deseo: ojalá este "evento de representación" sea contagioso (sobre todo hacia el sur de la provincia).

(*) Crítico Revista El Espacio Vacío, Rosario