En una reacción anímica similar a la que evidenció hace algunos días el seleccionador nacional, Marcelo Bielsa, cuando renunció a su cargo por una supuesta "falta de energía", ayer Colón quedó al borde de una crisis futbolística, cuando su actual técnico -Alfio Basile- amenazó con dar un paso al costado y volverse a Buenos Aires. La rápida reacción de los dirigentes y el pedido expreso de los jugadores le torcieron el brazo al "Coco" para que reviera su medida, con lo cual Basile saldrá al frente del equipo mañana, a las 21.10, contra San Lorenzo de Almagro.

Pasadas las 14 de ayer, Radio del Plata difundió la noticia: "Alfio Basile renunció a la dirección técnica de Colón y ni siquiera dirigirá el entrenamiento de esta tarde". ¿Cómo surgió todo?: Basile, golpeado anímicamente por la marcha del equipo en cuanto a resultados y noqueado por la bajísima actuación en Guidi y Arias, le comentó a su representante -Norberto "Cacho" Recassens- que no tenía ganas de seguir dirigiendo "porque no le encontraba una explicación a lo que pasaba con el equipo".

Consultado por otros temas por un productor de Radio del Plata, Recassens le comentó la "noticia" de Basile y rápidamente la bomba explotó en Buenos Aires antes que en Santa Fe.

Mientras el profesor Carlos Dibos y su ayudante de campo, Rubén "Panadero" Díaz, partieron rumbo al estadio a entrenar, el "Coco" -afectado además por una gastritis- decidió quedarse en el hotel donde vive.

Sin perder tiempo, ya notificado de la crisis anímica de Basile por un comentario del "Panadero" Díaz, el presidente Horacio Darrás, pasadas las 15, se trasladó hasta el hotel céntrico donde estaba el "Coco". Previamente, en una jugada astuta de parte de Darrás, el actual titular rojinegro se apoyó en la valorable experiencia de quien manejó a Colón por más de 12 años: José Néstor Vignatti.

El ex presidente, que integra la actual subcomisión de fútbol de Colón, lo calmó a Darrás: "Tranquilo flaco, que yo de éstas tengo varias en el lomo. Estoy en el medio del campo y me voy volando a Santa Fe. Nos encontramos en el hotel para hablar con Basile". Incluso, después, Vignatti comentó una anécdota: "En el "95, después de perder un partido con Deportivo Morón, el uruguayo Nelson Pedro Chabay me dijo que no tenía ganas de seguir porque el equipo jugaba mal. ¿Saben cómo terminó la historia?: lo calmamos, lo convencimos y Colón fue campeón con Chabay para volver a Primera", comentó José.

Sorprendidos ante la ausencia de Basile, los referentes del plantel le preguntaron a Díaz y a Dibos por la ausencia del "Coco". Al enterarse de las razones, sin perder tiempo, el capitán sabalero -Esteban Oscar Fuertes- decidió trasladarse al hotel para hablar personalmente con Alfio Basile. Además de "Bichi", también aparecieron los colombianos (Giovanny, Grisales, Bedoya), como así también Iván Moreno y Ariel Garcé.

Cuando los jugadores entraron a la reunión, automáticamente salieron de la sala tanto Darrás como Vignatti. Luego de 25 minutos, el "Bichi" Fuertes fue claro: "Basile sabe que la culpa por no ganar es nuestra y tiene todo el apoyo del plantel de Colón. ¿Si sigue? Yo creo que sí, ahora tiene que hablar con los dirigentes". Además de los que se trasladaron personalmente, el "Coco" recibió el llamado telefónico del resto de los profesionales que dirige.

En uno de los salones del hotel, participaron de la reunión final los integrantes del cuerpo técnico (Alfio Basile, Rubén "Panadero" Díaz y el profesor Carlos Dibos) junto al actual presidente Horacio Darrás y el ex presidente, José Néstor Vignatti.

Allí, el comando técnico planteó algunos requisitos que tienen que ver con la marcha del fútbol profesional de Colón. "Hay algunos estamentos que no están a la altura de un equipo tan cotizado y que tiene aspiraciones", le dijeron a los dirigentes. En parte, muchas de las cosas que escucharon Darrás y Vignatti de boca de Basile, eran las mismas que comentó el colombiano Francisco Maturana hace poco en Santa Fe.

En la mesa de negociaciones, apareció el famoso tema de los viajes en avión. En este sentido, la dirigencia aseguró vuelos para Bahía Blanca (Olimpo) y Mar del Plata (Huracán de Tres Arroyos), además de comprometerse a hacer el esfuerzo de ir en avión a Buenos Aires, cuando las circunstancias deportivas así lo requieran. Lo mismo con los hoteles en lugares que no sea Capital Federal (allí no hay reclamos porque Colón eligió un lujoso hotel de una cadena internacional).

Fundamentalmente se narraron ejemplos concretos, que tienen que ver con los conos para entrenar, los lugares para masajear a los jugadores, la importancia de la tonificación muscular a través del yacuzzi y la estrategia global que debe tener un club con aspiraciones.

Al encontrar una respuesta positiva de parte de Darrás y Vignatti, Basile terminó de confirmar que seguirá siendo el técnico de Colón. El sí del "Coco" no está, en principio, condicionado a un tiempo ni a un resultado con San Lorenzo de Almagro.

Es que los medios porteños, que debieron rectificar la noticia de la renuncia de Basile, a última hora de anoche sostenían que "los jugadores convencieron a Basile para que salga el sábado ante San Lorenzo y luego renuncie". Esto no es así. Si Basile se queda es porque quiere, porque piensa que puede revertir la situación y no para dar una mano en el partido de mañana para después sí renunciar.

De todos modos, dependerá muchísimo de lo que ocurra mañana en el verde césped del Brigadier López desde las 21.10, cuando Colón -milagrosamente por lo que pasó con Basile en el banco- reciba a San Lorenzo de Almagro en el Cementerio de los Elefantes, con la única salida que le queda para superar la crisis: ganar.

"No pasa nada muchachos. Hablamos mañana viernes, por la tardecita, después de entrenar". De ALFIO BASILE, anoche, después de un día agitado ante la requisitoria periodística.

Por Darío Pignata

El "Coco" estuvo a punto de hacer "la gran Bielsa" ayer en Colón. Es que debajo del buzo de Alfio Basile se esconde un ser humano. Que puede reír, llorar, extrañar a su familia, alegrarse, querer ver a su nieto siendo abuelo a los 70 años, enojarse y... bajonearse. Así, después de lo que él consideró una actuación decepcionante ante Lanús, Basile dejó sus energías en carga mínima. Con luz roja como aviso de caminar con las reservas, al borde del abismo.

La veloz e inteligente reacción de la dirigencia (Darrás lo llamó a Vignatti, que estaba en el medio del campo, quienes rápidamente respaldaron al entrenador) y, fundamentalmente, el desembarco de sus jugadores en el hotel para hacerse cargo -interna y públicamente- de los malos resultados le devolvieron las ganas al hombre de voz ronca.

Así las cosas, nadie puede negar la importancia de los tres puntos de mañana ante San Lorenzo. No porque Basile se hubiera autoemplazado. Pero es obvio que el embrujo histórico del Cementerio de los Elefantes se juega otro capítulo apasionante en Colón: podrá comerse a uno de los grandes (San Lorenzo) o podrá tragarse a un grande (Alfio Basile).

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