Cartas a la dirección

Por las calles de Dios y del diablo

Señores directores: En este mundo confuso, el amo y el esclavo, los dos tienen miedos. Dentro de nosotros hay lugares donde nunca hemos ido. Hay seres que viven sólo con sueños, otros enfrentando realidades y también los hay afortunados que convierten los sueños en realidad. Dentro de nosotros siempre hay posibilidades para explotar y para que las cosas cambien sólo hace falta alguien: uno mismo.

En épocas del imperio romano, los gladiadores que bajaban a la arena gritaban íAve César, los que van a morir te saludan! Hoy, la vida es un remolino de pasiones y presiones ¿para qué estamos y qué deberíamos hacer mientras estamos? Por los caminos de Dios y del diablo, nadie sabe qué puede lograr, cuán grande puede ser, cuánto puede amar. No se puede deambular sin imaginación, al mundo lo conducen las ideas, los seres sólo somos lo que hacemos repetidamente y hay planes imposibles e improbables y sin embargo inevitables.

¿Seríamos más felices si supiéramos mucho menos o si supiéramos mucho más? Hay que reconocer los problemas y dedicar toda la energía y capacidad para solucionarlos, hay seres que no tienen ideales ni metas que los inspiren. Estamos aquí, en este mundo maravilloso, en un tiempo no tan maravilloso. No debemos aventurarnos a ser alguien vulgar y gris, las circunstancias suelen influir sobre quienes somos, pongamos voluntad en lo que seremos. Necesitamos empezar para ser grande, no ser grande para empezar, no sabemos quiénes somos hasta que vemos lo que podemos hacer, y coincidamos con Picasso cuando dice "la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando".

También están esos que se divierten cuando un gato tortura y se traga un pajarito. Si nunca nos sentimos avergonzados y heridos es porque nunca hemos arriesgado nada, por los caminos de Dios y del diablo. Un escritor contaba: "cuando yo era adolescente me quejaba seguido frente a mi padre, entonces él me respondía: Hijo, tú no eres una oveja del rebaño, la gente ríe de las ovejas, la gente se come a las ovejas, tú eres un león". A los hombres los une la naturaleza, los separan los misterios, pero lo que vale realmente en la vida es la decisión de ser hermanos: hermano lobo, hermana flor.

En cuanto a la AMIA, sus culpables algún día caerán como cayeron "sus hermanos"; lo reclama la humanidad. En cuanto a la masacre de los niños de Beslan, la joven madre y la anciana abuela se miran a los ojos, están diciéndose y por qué, y ahora qué? Llora la humanidad. Niestzche, maestro genial e irónico, decía que "el individuo en sí es una suma de errores y a la vez una unidad tan rara que no resiste un examen". La vida suele ser melodramática y distante, parece que matar es un mal indeseable pero inevitable entre hombres civilizados. Nos dijeron: la casa está en orden, pero esto parece ser hasta ahora sólo una vana promesa. Clary Miroznik German, ciudad.