En el nombre de papá
Patricio Di Palma ganó en Buenos Aires, cerca del cuarto aniversario de la muerte de su padre, Luis. La carrera se definió en la última vuelta al romperse el Falcon de Verna, que era cómodo puntero y le dejó servido el triunfo al "Pato" Di Palma, con el Torino. Omar Martínez (Falcon) terminó segundo y ahora encabeza el campeonato. Ortelli completó el podio con un Chevrolet.

Varias sorpresas trajo consigo esta decimotercera fecha del Turismo Carretera, disputada ante un multitudinario marco de público en el circuito Nº 12 (5.651 metros de extensión), del autódromo Oscar Gálvez de Buenos Aires. Es que cuando Rafael Verna se disponía a lograr un triunfo con el Ford, faltando un poco más de giro para el banderazo, el Falcon defeccionó y le quedó la victoria a Patricio Di Palma. Pareció que "el destino" se asoció nuevamente: es que el venidero jueves se cumplirán cuatro años de la fatídica muerte de uno de los máximos ídolos que tuvo el automovilismo deportivo argentino, Rubén Luis Di Palma.

Con el Torino que tanto esfuerzo comenzó a construir en su Arrecifes natal, el querido "Loco Luis", ayer -obviamente con un auto "aggiornado" a los tiempos que corren y propulsado con un motor Cherokee-, el "Pato" quizás el de más bajo perfil de los herederos de Luis, arribó a un emocionado triunfo, el cual fue muy festejado por sus hermanos José Luis, Marcos y Patricia, junto al resto de la familia. Como si fuera poco, "Tito" Bessone que a raíz del lastre que llevaba en su Dodge (por el triunfo en Rafaela) penó todo el fin de semana y ni siquiera pudo terminar la carrera, perdiendo la punta del campeonato, no le importó: se fue hasta el Parque Cerrado y saludó efusivamente a Patricio, por la victoria obtenida.

Cuando Rafael Verna y la hinchada de Ford se preparaban para festejar lo que parecía un seguro triunfo, el motor traicionó al auto del Lincoln Sport Group y dejó con las manos vacías al porteño.

Carrera entretenida

La competencia fue emocionante desde el principio hasta el fin con cambios de punteros, algunos roces que ya trajeron polémicas (como por ejemplo el que mantuvieron Juan Manuel Silva y Marcos Di Palma, éste último se equivocó feo y fue penalizado con un "pase y siga" por boxes) y factores externos, como una mancha de aceite, que perjudicaron notoriamente a algunos de los protagonistas.

Dentro de este panorama fueron Silva, Verna, Fontana, Traverso (debió lastrar 60 kg, porque apareció un problema en el motor de su Torino) y hasta Marcos Di Palma, entre otros, quienes se mostraron como los candidatos más sólidos.

Claro que cuando el ex "Marquitos" chocó al Falcon de Silva, cuando apenas se habían cumplido tres vueltas, se cayó un protagonista de lujo, quien posteriormente remontó y arribó quinto.

A esta situación se le agregaron los problemas que tuvo Juan María Traverso, con la poca potencia que tuvo su segundo motor, todo lo que sirvió para abrirle más el camino a Verna.

Sin embargo, Verna no la tuvo fácil porque detrás de él se colaron dos pilotos con muchas ansias de victoria: Patricio Di Palma y Norberto Fontana. A pesar de que ambos tuvieron un roce en "Ascari", mantuvieron un ritmo constante para mantenerse cerca del líder. Esa contingencia le permitió a Di Palma convertirse en puntero allá por la vuelta 10, pero estaba visto que el Ford de Verna era más y un giro después recuperó el primer lugar de la carrera.

En la vuelta 15 (de las 24 pactadas), Verna entró desacomodado en la horquilla por una mancha de aceite e ingresó a la recta principal bastante mal, permitiendo que el Dodge amarillo y negro de Fontana pasara a encabezar las posiciones.

Pero como le había sucedido un rato antes a Patricio Di Palma, Fontana -hizo un par de trompos y entró enojado a boxes- no pudo sostener su posición ante el avance de Verna, y éste no estaba dispuesto a dejar escapar la posibilidad de llevarse el éxito que por reglamento necesitaba para luchar por el campeonato.

A una vuelta y media del final, cuando ni Patricio Di Palma ni Omar Martínez -el nuevo tercero- podían alcanzarlo, el motor del Ford de Verna quedó en cinco cilindros y todo se terminó para él.

¿Quién estaba en el momento justo y en el lugar preciso? Patricio Di Palma, quien aprovechó la oportunidad. El poco recorrido que quedaba por cumplirse sólo sirvió para que propios y extraños saludaran el paso del arrecifeño, quien volvía a vencer. A su lado, Omar Martínez celebraba su segundo puesto y el liderazgo del torneo.

A los pocos días del deceso de Rubén Di Palma (30 de setiembre de 2000), sus hijos José Luis y Marcos terminaron primero y segundo respectivamente en la carrera de TC disputada en Rafaela. Ahora a punto de cumplirse el cuarto aniversario de su desaparición, Patricio le rinde tributo, gana en el TC en Buenos Aires y con el Torino.

"Es para mi hijo"

"Para esta carrera laburé muchísimo porque tuve que hacer dos motores en cinco días. Cuando me iba temprano de casa mi hijo me decía: "¿Papá dónde vas? Y yo le decía, al taller porque tengo que trabajar para ganar plata para vivir". A la noche llegaba tarde y apenas podíamos charlar un poquito porque Dino (tal el nombre de su hijo), se iba a dormir", contó un emocionado Patricio Di Palma, luego de imponerse en el TC, corrido en el autódromo de Buenos Aires.

"El sábado fue su cumpleaños. Hace un tiempo le regalé un karting y cuando le pregunté qué quería que le regalase me dijo "ya gastaste mucha plata con el karting, traeme una pelota y el trofeo que le dan al que gana la carrera'.

"Fue una carrera muy dura. En la segunda parte el auto comenzó a irse de cola y no podía seguirlo al "Tabo' (por Rafael Verna). Esta victoria creo que es fruto del esfuerzo y el hecho de que alguna vez tenía que darse una fácil para mí.

"Por todo lo que significa este triunfo se lo quiero dedicar principalmente a mi hijo Dino, a mi vieja que nos aguanta a todos y al "Loco' Luis (por su padre) ,porque dentro de poco se cumple un nuevo aniversario de su muerte", finalizó.