Liviano divertimento con sorprendente Depardieu

La comedia es el punto fuerte de Francis Veber ("Los compadres". "Mala pata", "El placard"). Es probable que nunca haga una gran película, como tampoco ninguna aburrida. Dentro de lo liviano de su producción, maneja un estilo propio, que consiste en no agregar al relato ningún apunte ni disgresión, y seguir la historia con ritmo creciente. Así convierte sus películas en seguros éxitos de taquilla, amparado siempre en el protagonismo de un par de buenos actores.

En este caso, ellos son Gerard Depardieu y Jean Reno, que se bastan y sobran para entretener y sostener la película. El primero es Quentin, un descerebrado que lo único que sabe es hablar y creer en todo lo que le dicen. El filme comienza con él asaltando un banco, con tanta ingenuidad que enseguida va a parar a la cárcel. Y allí no hay preso que lo aguante, ni carcelero. Allí llega por haber hecho un robo millonario, el otro del título, Ruby, un duro de aquellos, capaz de fijar la vista en la pared y no hablar por días.

Y Veber ya tiene a sus protagonistas ideales, tan opuestos como sea posible. Y el director de la cárcel tiene la brillante idea de juntarlos en una celda, seguro de que Quentin sacará de su mutismo a Ruby. Sucede que también lo saca de la cárcel, fugándose en la primera aventura de un dúo que pasará por muchas más. Aunque Ruby ya no sabe cómo aguantarlo, siempre que lo separa de su andar, algo sucederá para que Quentín retorne y, lo que es peor, convencido de que ha encontrado a un amigo.

Precisamente, su idea es poner un bar que se llamará "Los dos amigos". Para eso cuenta con la posibilidad de que Ruby recupere el botín y elimine a quienes quieren hacer lo propio con él. Mientras escapan de la banda y la policía, roban autos, duermen en lugares abandonados y -receta Veber- el duro comienza a ablandarse y a querer un poco al idiota que tiene al lado, a quien descubre su lado humano. También aparece una belleza de Albania, indocumentada, que pone el acento romántico que faltaba.

Sin sorpresas, el filme se desarrolla sobre esquemas y resoluciones previsibles. Pero la atracción principal son los actores. Reno da la dimensión de siempre, pero Depardieu agrega otra perla a su collar, con una de sus actuaciones más inesperadas y estupendas. Es un verdadero disfrute verlo haciendo de tonto parlanchín, capaz de sacar de quicio a cualquiera. Si el filme vale como divertimento, mucho le debe a él.

"RUBY & QUENTIN-DIJE QUE TE CALLES"

("Tais toi", Francia, 2003); Dirección: Francis Veber; guión: F. Veber sobre una idea de Serge Frydman; fotografía: Luciano Tovoli; música: Marco Prince; montaje: Georges Klotz. Intérpretes: Gerard Depardieu, Jean Reno, André Dussollier, Richard Berry, Leonor Varela, Ticky Holgado, Michel Aumont, Aurelien Recoing, Jean-Pierre Malo, Jean-Michel Noirey y Lauren Gamelon; duración: 85m. Presentada por Eurocine en Cinemark.

Juan Carlos Arch