Biotecnología sin plan estratégico
Los organismos de ciencia y técnica señalan la necesidad de un rumbo político definido y de mayor inversión. Es un área decisiva para el agro, pero también de la industria y el desarrollo integral del país.

Buenos Aires (C).- Los planteos de una multinacional del agro para cobrar patentes sobre semillas transgénicas de soja dispararon la discusión en la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados de la Nación, que recibió un informe que excede la competencia del campo y se instala en el centro mismo del perfil de desarrollo del país: falta un plan estratégico.

El informe lo ofrecieron el presidente del Inta, Carlos Cheppi; el presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Eduardo Charreau; Rubén Vallejos, director del Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos (Cefobi) de Rosario, y Lino Baraño, director de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.

Cheppi reconoció que con la autarquía recuperada para el Inta en 2002, el presupuesto creció de $ 104 millones a los $ 214 millones que estarán ejecutados a fin de este año y a $ 246 proyectados para 2005, lo cual ha reencauzado la posibilidad de un plan estratégico en biotecnología. Los grupos de trabajo básico -dijo- están en las estaciones de Castelar, Balcarce, Pergamino y Marcos Juárez.

Señaló que mientras el Inta participa de las reuniones para formular un plan estratégico nacional, avanza en el suyo, al tiempo que reveló que en los últimos años apenas pudo sostener el banco de germoplasma (una colección de material vegetal vivo, en forma de semillas y esporas) mientras sueña la "utopía" de un mapeo general de los recursos genéticos nacionales. "Lo tiene que hacer el Estado", apuntó.

Al respecto señaló sin embargo que se trata de "inversiones impensables", ya que sólo en equipamiento un instituto de genómica implicaría una inversión de unos 15 millones de dólares.

Cheppi explicó que a los 70 profesionales que hoy trabajan en biotecnología en el Inta se añadirán unos 700 becarios en lo que queda del año y el próximo. La idea es desarrollar "biotecnología propia", como un objetivo estratégico del país.

Apuntó que en el corto y mediano plazo, la vinculación con empresas nacionales permitirá llegar a hídridos finales en maíz y girasol, aunque también mencionó avances en trigo y soja. Pero reconoció retrasos en hortalizas y frutas y anticipó programas para pequeños productores.

Pasaporte al nuevo mundo

Rubén Vallejos, un pionero en la Argentina, se encargó de recordar el vaticinio del gurú mexicano de la biotecnología (pasó por Harvard) Juan Enriquez, acerca de que "un país que no entra en la sociedad del conocimiento puede desaparecer". Y evaluó que de las 40 patentes que tiene la Argentina, debería pasar a unas 400 por año.

"No hay política de Estado. Van a seguir golpeándonos las puertas por las regalías", dijo el científico, que encabeza la iniciativa para el desarrollo de un Polo Agrotecnológico en Rosario, con participación de empresas privadas, que según Charreau tiene aspiraciones de convertirse en referente del Mercosur.

Precisamente el presidente del Conicet no fue actualizado en términos presupuestarios como el Inta, a pesar de lo cual tiene a unos 1.000 investigadores y becarios desarrollando técnicas biotecnológicas. El funcionario dijo que le faltarán recursos para financiar investigación.

Por último, Lino Braña apuntó que corresponde al Parlamento discutir una política de Ciencia y Tecnología. El funcionario recordó que la mayoría de los financiamientos que ofrece el área a su cargo tiene destino en Inta y Conicet.

Repasó que existen inversiones por $ 3,5 millones en desarrollos con empresas; $ 6,4 millones en investigación básica y adelantó un programa de U$S 15 millones (hasta el 20 % iría a biotecnología) en equipamiento y un subsidio de la Comunidad Europea al Mercosur de 6 millones de euros para estudios de impacto ambiental.

"Todo es significativo pero dista mucho de lo necesario para un desarrollo de alto impacto", dijo el funcionario, quien reconoció que las inversiones del país siguen siendo menores a las que una multinacional destina para investigación.

En cuanto a la propiedad intelectual, Braña dijo que hay 24 patentamientos en curso con financiamiento de la agencia, que extenderá sus programas a tal fin en favor de las empresas y que encarará una campaña para que los investigadores puedan proteger sus desarrollos antes de darlo a publicidad.