El Senado mantuvo el régimen de Lemas para comunas y municipios
El proyecto para un nuevo sistema electoral volvió a Diputados. La iniciativa fue apoyada por 8 legisladores y 11 se abstuvieron. Cuestiones reglamentarias dividieron aguas entre la oposición y el oficialismo.

La reforma del sistema electoral, con tres proyectos con preferencia para la víspera, generó una sesión de casi seis horas de duración y otras tantas de espera, que dejó como saldo numerosos y estériles enfrentamientos verbales y un proyecto de ley votado por sólo 8 legisladores de la mayoría -ver aparte- que sigue en líneas muy generales el mensaje del Poder Ejecutivo, que ya tenía media sanción de la Cámara de Diputados.

El proyecto votado ayer por el Senado deja el sistema de internas abiertas, simultáneas y obligatorias para los cargos de gobernador y vice, diputados y senadores provinciales y mantiene un régimen de lemas "acotado" para las municipalidades de segunda categoría y las comunas. En cuanto a las ciudades de Santa Fe y de Rosario deberán dictar su propia ley electoral en un plazo de 180 días.

El nuevo texto incorpora un artículo para el caso de las primarias, por el cual los afiliados a los partidos políticos lo harán con padrón y sobres diferenciados, a los efectos de que sólo puedan votar por los candidatos de su propio partido.

Por carecer de número suficiente -4 a favor y 15 en contra- no prosperó el proyecto que suscribieron los radicales Carlos Fascendini y Felipe Michlig, similar al que remitió el Poder Ejecutivo que derogaba totalmente la ley de Lemas y creaba un juzgado electoral absolutamente independiente.

Tampoco tuvo éxito la propuesta que suscribieron Joaquín Gramajo, Norberto Betique, Danilo Capitani, Alberto Crossetti, Ricardo Olivera, Ricardo Spinozzi y Hugo Pucheta, que dejaba con cambio de nombres, el régimen de lemas. Esta iniciativa sólo tenía 7 votos a favor y 12 en contra.

El proyecto aprobado y que retornó a Diputados fue votado por ocho senadores: Daniel Depetris, Héctor Ocampo, Juan Carlos Mercier, Armando Traferri, Juan C. Bacalini, Jorge Malugani, Alcides Calvo y José Baucero.

Posturas

Fueron muchos los oradores del oficialismo en la jornada de ayer. Entre ellos Daniel Depetris que la calificó de "perfectible, pero buena" e hizo hincapié en que "mantiene en un 90 por ciento el articulado del proyecto del gobernador Obeid derogando el régimen de lemas para los cargos provinciales y deja en libertad a los municipios de Rosario y Santa Fe, que merecen esta autonomía. Además evita que en los casos de las pequeñas localidades deban hacer dos elecciones cada dos años -los presidentes de comunas se renuevan durante ese tiempo-, por lo cual se mantiene el régimen de lemas para las comunas y municipalidades de segunda categoría.

Por su parte, Carlos Fascendini, Felipe Michlig y Patricia Sandoz tuvieron intervenciones rechazando el proyecto del grupo de los ocho y también la metodología utilizada.

Fascendini sostuvo que "este proyecto es un engendro destinado a solucionar la interna del PJ y no apunta a mejorar un sistema, sino a solucionar un problema coyuntural".

Se quejó del modo en que operó el bloque del PJ; sostuvo que deberían ser leyes de consenso y la puso como ejemplo de una "verdadera obra maestra de terror. Es una mezcla de Drácula y Frankenstein", rematando sus dichos con que "este proyecto es peor que la ley que está vigente y que nosotros con la ciudadanía, nos proponemos derogar".

Con posiciones estancas, a su turno, expresaron su opinión y no pocas réplicas Armando Traferri, Joaquín Gramajo, Héctor Ocampo, Ricardo Olivera, Juan Carlos Mercier y Patricia Sandoz.

¿Qué pasará?

El proyecto aprobado por el Senado fue remitido a la Cámara de Diputados, donde lo espera un destino incierto debido a que este cuerpo puede rechazarlo, si no lo satisface, e insistir con el votado originalmente con los dos tercios de los votos.

Fue alto el costo político asumido por la mayoría justicialista para llegar a la sesión de anoche, donde se aprobó un proyecto que según expresaron algunos senadores, es "superador del que enviaron de la Cámara de Diputados".

De aceptar la Cámara de Diputados, las enmiendas efectuadas por el Senado, la iniciativa modificada se convertirá en ley. Caso contrario, si regresa a la Cámara Alta y ésta repite su postura de la víspera, la experiencia indica que más allá de que sea legal o no, el proyecto quedaría retenido hasta su caducidad y la ley de Lemas seguiría vigente.