Remodelarán la facultad de Química y albergará al ITA

Se construirá una nueva entrada por calle 1° de Mayo en el histórico edificio.. 

El traslado está confirmado por la UNL pero hay una firme oposición. Los trabajos anunciados consisten en la refuncionalización de laboratorios en la Facultad de Ingeniería Química. Un espacio fue reservado al ITA pero la comunidad del instituto no acepta la mudanza a esa facultad.

La Universidad Nacional del Litoral iniciará una importante obra arquitectónica: la refuncionalización de Laboratorios en la Facultad de Ingeniería Química (FIQ). El proyecto también prevé un espacio para albergar al Instituto de Tecnología de Alimentos (ITA), cuya comunidad académica y de no docentes desaprueba la mudanza.

Es que el ITA debe liberar el edificio que ocupa actualmente, y que será utilizado como gimnasio integrado al área deportiva y recreativa de la Universidad, que se construye a la vera de la Costanera Este junto con la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

Aunque es una decisión tomada por el Consejo Superior, máximo órgano de gobierno de la UNL, el traslado cosecha resistencias internas. "Los planos que nos mostraron los arquitectos son una cáscara, puras paredes y fachadas, y no tienen definido qué espacio concreto se le dará, por ejemplo, a la planta piloto", se quejaron los profesores del instituto (Ver aparte).

Mientras el reclamo persiste, la refuncionalización de la facultad de Química avanza y ya se dieron a conocer algunos detalles. Según se informó, las obras se implementarán con tecnología de calidad sobre un total de 2.700 metros cuadrados. Consisten en una importante intervención sobre un sector ubicado en la manzana que aloja a los edificios de la Escuela Industrial Superior y Josué Gollán de la FIQ.

En proceso deadjudicación

La primera etapa de los trabajos está en proceso de adjudicación (a través de la licitación pública 03/04) y se iniciará a principios de 2005. Requerirá una inversión total de $ 591.873.

El Arq. Marcelo Saba, director de Obras y Servicios Centralizados de la UNL, explicó que esta primera fase "consiste en la ejecución de la denominada `obra gruesa' de restauración de la estructura portante, cubierta y construcción de entrepisos".

Detalló que "se trabajará sobre una superficie de 2.700 metros cuadrados en los que se dispondrá de cerramientos y entrepisos con estructura metálica y terminación de tabiques livianos para los muros, y metálicos o de madera en los pisos".

Saba aclaró que se hará el agregado "de una planta a un bloque vertical de servicios existente. Por eso, los espacios se organizarán con la fuerte impronta de un gran hall de triple altura que contiene el ingreso y facilita la lectura de la totalidad del contenedor espacial".

Una de las intervenciones más importantes que propone el proyecto es la apertura de un nuevo ingreso sobre calle 1° de Mayo. La nueva entrada al edificio permitirá acceder a las áreas de investigación y académica, contendrá espacios destinados a las ingenierías en Alimentos e Industrial y comodidades para que desarrollen sus tareas los científicos vinculados a estas disciplinas.

El edificio sobre el que se trabajará tiene casi 100 años de antigüedad. "La fachada es parte del diseño original del proyectado por Augusto Plou en 1908", recordó el Arq. Rodolfo Bravi, director del Programa de Planificación Edilicia de la casa de estudios.

Agregó que "por ese motivo, la obra requiere de tecnología de alta calidad y especial consideración a la arquitectura preexistente". El proyecto cuenta con la correspondiente aprobación de la Comisión Municipal de Preservación del Patrimonio Cultural de la ciudad.

Características

En el proyecto de refuncionalización, los arquitectos de la Dirección de Obras y Servicios de la UNL tuvieron por objetivo que la obra funcione de tal manera que permita la flexibilidad y libertad de actividades de docentes, estudiantes y personal. "Por eso se ha pensado en espacios de gran calidad de diseño y confortabilidad y se liberaron otros que reciben nuevas asignaciones de acuerdo a las carencias planteadas por los estudios realizados por la facultad", señalaron Saba y Bravi.

Se unificaron áreas y sectores por afinidad para integrar los laboratorios de investigación y permitir mayor funcionalidad, compatibilidad de trabajo y seguridad. En el remodelado edificio, se han priorizado "las medidas de seguridad e higiene, el tratamiento de efluentes y provisión de fluidos", dijeron.

Se espera que la utilización de la capacidad instalada de gobierno, administración, biblioteca, oficinas y servicios, así como del equipamiento de la propia facultad permita mejores condiciones de trabajo a docentes, investigadores y a la creciente población estudiantil de la institución.

Un traslado que no convence

El local que ocupa el Instituto de Tecnología en Alimentos fue construido como gimnasio en los años 70, y después se fue adaptando hasta convertirse en la actual sede de la institución, sobre la Costanera Este.

Allí funcionan actividades académicas, científicas y de transferencia, por lo que existen aulas, laboratorios y una planta piloto de producción. El primer escollo que encuentra el grupo de profesores y no docentes que se opone al traslado del establecimiento a la Facultad de Ingeniería Química es, justamente, la mudanza de esa planta.

"En el proyecto que nos mostraron no vemos que las nuevas instalaciones estén identificadas; es una cáscara que después se va a llenar, pero no se especifica cuáles van a ser los lugares asignados al ITA, a la planta piloto, sus laboratorios, oficinas, zonas de producción", advirtió el profesor Rubén Roa.

Esta situación intranquiliza a la comunidad del instituto, que teme una posible desintegración de sus actividades y mantiene su rechazo a la iniciativa. Como medida de acción, presentó respectivos recursos administrativos ante el Consejo Superior de la UNL y ante el Ministerio de Educación de la Nación, pidiendo la reconsideración o nulidad de la aprobación del traslado.