Preocupa el estado de la Basílica de Guadalupe

Ubicada en Javier de la Rosa 623, la imponente Basílica fue construida en el solar que ocupó la capilla levantada por Francisco Javier de la Rosa en 1779. El actual santuario fue inaugurado en 1910.

Hace un tiempo que el padre Panigo venía preocupado por unas grietas que aparecieron en las paredes y techo de la iglesia. Por eso, hace dos meses y medio encargó un estudio del basamento y de la estructura del edificio a los ingenieros de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), Facultad Regional Santa Fe.

"Queremos saber si hay movimiento de suelo, cómo están los techos; en general, en qué estado se encuentra la Basílica", comentó el padre Panigo.

Los resultados estarán disponibles recién para marzo del año que viene, y una vez que pasen las fiestas de Navidad y Reyes, se evaluará si conviene reparar el techo caído o bien aguardar los resultados del informe para encarar alguna obra mayor, de acuerdo con las necesidades que surjan.

De todas formas, "primero tendremos que conseguir los recursos necesarios", advirtió el párroco.

El padre endilga el estado del histórico edificio a su antigüedad, al paso del tiempo y a unas filtraciones que había en el techo. Días antes de que ocurriera el desprendimiento, se habían estado haciendo trabajos de impermeabilización y se procedió a cambiar la campana rota de la Iglesia.

De todas formas, recientemente se cumplieron 225 años del inicio de la construcción de la primitiva capilla, por obra del ermitaño Francisco Javier de la Rosa, y 100 años de la colocación de la piedra fundamental de la actual iglesia.

Se trata de un templo clave en la vida santafesina, de gran valor patrimonial, arquitectónico y religioso, por lo que quizá merezca alguna obra de conservación importante, más allá de los esfuerzos que hace la comunidad guadalupana.