Una asociación de voluntades
Resaltan el trabajo de Manzanas Solidarias. Avanza el proyecto de la Cooperativa Chicos a la Huerta.

En la ciudad de Santa Fe existen numerosas personas que aúnan esfuerzos para revertir realidades difíciles y extremas que se suceden a su alrededor. En las definiciones de los diferentes proyectos que surgen, así como en su diseño e implementación, la comunidad juega el rol principal. A diferencia de los enfoques asistencialistas, estas construcciones comunitarias buscan que los más humildes superen sus sentimientos de dependencia y ganen confianza en sí mismos, diseñando y ejecutando juntos proyectos basados en los activos del barrio.

Este posicionamiento metodológico y conceptual de trabajo comunitario es el que lleva adelante la Asociación Manzanas Solidarias en los barrios de Playa Norte, Chaqueño, Dorrego y gran parte de la zona nordeste de la ciudad.

Desde el 2001 este grupo de vecinos del barrio Guadalupe brinda apoyo escolar y diversos talleres para que los chicos de los barrios carecientes no terminen siendo excluidos del sistema educativo y, por ende, de una clara posibilidad de crecimiento.

Los talleres de teatro, gimnasia, computación y periodismo, que se realizaron durante todo el año, tuvieron como punto de partida crear un sentimiento de comunidad entre los profesores y los chicos, quienes desarrollaron confianza mutua trabajando juntos en proyectos en los que hicieron uso de las capacidades individuales y colectivas.

"Lo que buscamos fue que los chicos accedieran a materiales tecnológicos y culturales que les sirvan el día de mañana como herramientas para desenvolverse en la sociedad, desde cómo escribir una carta, un clasificado, hablar en público, hasta manejar una computadora o mandar un e-mail", comentó uno de los profesores de Periodismo.

Durante el transcurso del año los profesores percibieron claramente el cambio de actitud en los chicos; de la violencia y la rebeldía de los primeros meses, producto de las complejas realidades que viven a diario, se pasó a grupos unidos, predispuestos al trabajo, con nuevas iniciativas y aun más afectuosos.

Chicos a la huerta

Esta transformación se produjo, lógicamente, gracias al reconocimiento y estímulo que tuvieron en las actividades y en los procesos de aprendizaje.

Asimismo, para reforzar valores y construir capital social y humano desde hace más de un año la Asociación Manzanas Solidarias lleva adelante el proyecto de la Cooperativa Chicos de la Huerta.

El emprendimiento tiene como objetivo principal que los chicos comprendan y asimilen los beneficios del trabajo cooperativo, a la vez que asumen responsabilidades, toman decisiones en conjunto y, sobre todo, proyectan crecer juntos.

Por otra parte, este mes se dio inicio a un taller de murga que se desarrollará en Playa Norte con chicos de ese barrio y del Chaqueño. Semanas atrás, comenzó a funcionar el grupo "Los Murgueros de Chaquito", de Chaco Chico. Más allá del contacto con la música y el baile, mediante esta actividad se busca vincular a los chicos de los distintos barrios de la zona.

Pensar el cambio

"Es necesario ver la pobreza no simplemente como la falta de trabajo o ingresos, sino como una red de problemas entrelazados -pobre escolaridad, mala salud, problemas familiares, delito-. Todos estos factores privan a los chicos de pensar en oportunidades diferentes para sus vidas. Justamente ahí es hacia donde nosotros apuntamos: que tanto ellos como nosotros no sólo pensemos en lograr revertir la situación, sino que también seamos capaces de alcanzarlo, de darle un verdadero sentido a nuestras vidas", reflexionó una de las integrantes de la asociación.

Desarrollo social y Estado

Manzanas Solidarias, al igual que el resto de las organizaciones, actúa tanto como prestadora de servicios como agente de cambio social. La movilización de opinión, la promoción de nuevos temas en la agenda pública y la participación en el diseño, la implementación y el control de políticas públicas son actividades promovidas por la asociación.

Sin embargo, no se pretende contribuir al achicamiento del Estado, es decir, a que éste continúe delegando sus responsabilidades a la sociedad civil. Sería óptimo que las ONGs pudieran acompañar políticas de desarrollo local y humanitarias provenientes del Estado. Pero la realidad es otra, durante el año las Manzanas tuvieron que luchar contra entramados burocráticos y administrativos, que sólo contribuyeron a dificultar el desarrollo de numerosos proyectos. Recién finalizando el año se recibieron instrumentos para el armado de la murga.