Aborto: Mons. Arancedo volvió a defender el derecho a la vida

El arzobispo José María Arancedo recordó que desconocer el derecho a la vida desde la concepción es una violación a los derechos humanos. FOTO: EDUARDO SALVA. 

Servicio para acompañar a la mujer en conflicto con su embarazo. Advirtió que la Iglesia rechaza el aborto, a diferencia de lo que están sugiriendo los ministros de Salud santafesino y de la Nación. Denunció que las cifras de abortos no son tan altas y que la mayoría se hace en clínicas privadas.

Monseñor José María Arancedo, arzobispo santafesino, salió al cruce de las opiniones vertidas por el ministro de Salud de la provincia, Juan Sylvestre Begnis, quien planteó que se debe "iniciar el debate sobre el tema del aborto", en coincidencia con su par nacional, Ginés González García.

El ministro también mencionó que "no hay que perder más tiempo porque diariamente cientos de mujeres mueren en una actividad que -a pesar de estar prohibida legalmente- se lleva adelante en todas partes. No se puede seguir negando una realidad que afecta a miles de mujeres".

Arancedo explicó que "como obispo tengo el derecho y la obligación de manifestar cuál es el pensar de la Iglesia en este tema. La Iglesia defiende el derecho a la vida desde la concepción, un principio que es humano, filosófico y también teológico. Por eso, rechazamos el aborto porque consideramos que es una violación a los derechos humanos, que deben ser tutelados por la sociedad y sus leyes, y la actuación de los funcionarios, que es la misma Constitución la que la manda".

Opinó que "el aborto significa atacar la vida indefensa. Por eso, para la Iglesia existen actos -como éste- que por sí mismo y en sí mismo, independientemente de las circunstancias, son graves e intrínsecamente ilícitos. No cabe recurrir a un concepto de libertad como un absoluto, que sería la fuente creadora de valores. La libertad en todo orden, personal o política, necesita del orden objetivo de la verdad".

Por eso, insistió en que "frente a la vida naciente sólo queda moralmente la obligación de protegerla y de cuidar a la madre. Esto debe ser una cuestión política y también del gobierno y no solamente privada".

En tanto, fue crítico con los planteos realizados por los funcionarios del gobierno al cuestionar que "no es correcto decir que los temas morales pertenecen al ámbito privado y de la Iglesia, en tanto que los temas políticos o sanitaristas dependen de otra función. Creo que las exigencias de orden moral son también para los dirigentes del gobierno. Por eso me sorprendió que el ministro de Salud, perteneciente al Poder Ejecutivo, haya avanzado en este tema".

Abortos en clínicas privadas

En relación al planteo de Sylvestre Begnis de que "la sociedad santafesina no puede hacer como el avestruz y meter la cabeza en un pozo", Mons. Arancedo planteó que "no es que la Iglesia oculte la cabeza, como el avestruz. Conocemos la realidad y estamos en muchos barrios carecientes; incluso denunciamos la desnutrición que existe en nuestra gente y ésos deberían ser problemas que preocupen".

Por este motivo, insistió en que "no es simplemente negar un derecho sino afirmar el derecho a la vida, a la persona naciente, que es la más indefensa. Este sí a la vida implica una cultura, que puede significar esfuerzo -no lo dudo- pero tampoco se puede partir de la libertad de la mujer".

El prelado también mencionó que "recibo otras cifras de la cantidad de abortos de las que se manejan oficialmente, y no son tantos, pero más en las clínicas privadas, de la gente que tiene plata. La penalización debería darse primero a aquél que realiza el aborto, sea médico, partero o el que fuera, porque se debe penalizar a quien atacó la vida. No es que si lo hace un médico (porque hay seguridad) no es delito y si lo hace otra persona no es delito. Es delito para todos".

Por último, Arancedo recordó que "el Santo Padre ha sido muy claro sobre este tema, además, nuestra Constitución lo manda. Hay que recrear el sentido de la vida, de la maternidad, lo que implica un mundo ético que sabe tener exigencias. Hay una cultura que establece que -frente a la exigencia de un embarazo- se busca una salida y, desgraciadamente, eso no abunda en la gente humilde sino en gente de un cierto nivel que puede pagar por eso en una clínica abortista", concluyó.

Grávida

La Iglesia santafesina creó a mediados del año pasado, el Centro de Asistencia a la Vida Naciente, "un servicio para ayudar a una persona que ante un embarazo se encuentra con dificultades a fin de que siga con él", según comentó el arzobispo.

Procura el acompañamiento personalizado de la mujer en conflicto con su embarazo, buscando un ambiente de amor y contención para que la vida concebida sea acogida y nazca. A través de un número telefónico (469-6159), ofrece un servicio (denominado Grávida) de consejeros capacitados para asistir a la mujer en riesgo de abortar, "para que descubra que el conflicto por el que está atravesando tiene solución".

El nombre del servicio -que es gratuito y confidencial- evoca, por un lado, la gravidez, y por otro se entiende como apócope de "Gracias por la Vida".