Un italiano que apostó a la educación en Argentina
Desde el pequeño pueblo italiano de Vigone emigró Pietro Pautasso hacia la Argentina. Aquí se afincó en Frank y en Nuevo Torino y fue un ferviente defensor de la educación.

Esta historia comienza en Vigone, un pueblo de la provincia de Torino en Italia, un 22 de enero de 1845. Ese día nació Pietro, hijo de Tommaso Pautasso y María Druetta.

Sus familiares suponen que su arribo a la Argentina ocurrió entre los años 1870 y 1871, dato que les fue imposible verificar, debido a que todas las instituciones a las que recurrieron al momento de recabar datos para la investigación (Archivo General de la Nación, Cemla, y Dirección General de Migraciones) informaron de la destrucción de un 30 % de los datos sobre inmigrantes que ingresaron al país en ese período.

A pesar de este contratiempo, una de sus descendientes, Edda Pautasso, logró reunir información. Relató que Pietro llegó a la Argentina con otros hermanos, uno de los cuales se convirtió luego en su cuñado, pues se casó con la hermana de su esposa, Anna María Antonia.

El otro tuvo un final trágico, ya que apenas pisó tierra santafesina, falleció a consecuencia de una apuesta: cruzar a nado la laguna Setúbal.

El primer documento que encontraron los familiares fue el de su matrimonio con Anna María Antonia Vayra, realizado el 11 de noviembre de 1872. Ella era también italiana y oriunda de Vigone y había nacido el 6 de diciembre de 1849. Sus padres eran Gugliermo Vayra y María Angaramo.

La boda tuvo lugar en la parroquia de San Carlos Centro, provincia de Santa Fe. El matrimonio se afincó en el pueblo de Franck y allí nacieron sus hijos: Tomás, en 1873, María, 1875, y Margarita en el año 1877.

El primer maestro

Pietro, junto a otros residentes de Frank, fundaron en el año 1874 la primera escuela del pueblo. Y él se convirtió así en el primer maestro de esa colonia. Realizaba su tarea cuando finalizaba sus labores en el campo.

Lo más destacable es que un italiano enseñara a leer y a escribir a los chicos correctamente La Castilla, como ellos llamaban al idioma castellano. Esa escuela fundada por estos inmigrantes es actualmente el establecimiento provincial N° 321 Joaquín González de Frank.

También en Nuevo Torino abrió camino a la educación y al conocimiento. Allí fundó una escuela rural, a la cual asistían sus hijos y familiares.

Pietro tenía amplios conocimientos de teología y psicología que adquirió durante sus años de estudios en un seminario italiano, del cual se desvinculó tiempo más tarde. No se conocen los motivos y años después manifestó su completa disidencia con el clero. "Fue un sacerdote frustrado, pues abandonó el seminario en Italia, poco antes de ser representante de Cristo", contó Edda. Dejó varios escritos y tenía una biblioteca muy nutrida sobre la corriente del libre pensamiento. Durante toda su vida se declaró enemigo confeso de los sacerdotes.

Por el año 1877, el presidente de la República, Dr. Nicolás Avellaneda, visitaba toda esa zona de Santa Fe. Un grupo de 17 jinetes lo esperaron en el límite de Esperanza y Frank y lo acompañaron hasta el centro del pueblo. En la plaza Pietro tuvo el honor de pronunciar el discurso de bienvenida, dado que por ese entonces muy pocos pobladores hablaban el castellano correctamente.

Ya en el año 1879, Pietro y su familia se establecieron en Nuevo Torino, muy cerca de Frank y Esperanza.

Aquí nacieron todos los demás hijos de ese matrimonio: Jorge en 1879, Francisca en 1882, Adelina en 1883, Guillermo en 1885, José Marcos en 1886, Francisco en 1888 y Eleonora en 1889. Esta hija menor vivió sólo tres meses.

Viajes a la tierra natal

Existen varias cartas y datos de pasaportes que registran los viajes que Pietro realizó a Italia en el año 1900 y en el año 1914. El último viaje lo hizo el 17 de abril de 1916 desde Buenos Aires y desembarcó en Italia el 12 de mayo del mismo año. En las cartas a sus hijos relata pormenores de la situación que se vivía en su país, que en esos momentos participaba de la primera guerra mundial.

Los hombres eran requeridos por el ejército y faltaban brazos para cortar el trigo y el pasto en la "campaña", como él llamaba al campo. Por eso, los italianos comenzaron a comprar máquinas para sustituir el trabajo manual.

Como después de su paso por el seminario, Pietro no quedó en buenos términos con lo representantes de la Iglesia Católica, se puso contento al enterarse de que en esos días de guerra hasta los curas debían cumplir con sus obligaciones militares.

En todas las cartas que escribió durante su estadía en Italia, nunca olvidó a ninguno de sus hijos y yernos. Siempre mandaba cordiales saludos a Cavallero, esposo de Margarita, a Brussini, esposo de Francisca, a Viscoli esposo de Martía y a Giacosa, esposo de Adelina.

De este viaje no pudo regresar más a la Argentina. Falleció el 9 de mayo de 1917 en su pueblo natal, Vigone a los 72 años, desde donde había partido, 47 años después de haberlo dejado para radicarse en Argentina.

Para Edda, la mejor herencia que dejó fue "el amor por el conocimiento y la cultura y prueba de ello es que uno de sus hijos, mi abuelo José Marcos, fundó la primera biblioteca pública de Nuevo Torino, que aún hoy existe".

Lía Masjoan