La ausencia de políticas sectoriales orientadas a impulsar la producción ganadera en el país podría llevar a la Argentina a seguir recortando drásticamente sus reservas bovinas, habida cuenta de la fuerte liquidación de vientres que provocó la sequía que azotó regiones de alta productividad durante el año pasado, así como a la fuerte presión fiscal que soporta la actividad.

El concepto fue expuesto por el presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), Arturo Llavallol, al presentar el primer mapa de consumo del producto realizado por el organismo, en el marco de la megamuestra ExpoChacra Ganadera 2005.

Llavallol destacó que sólo mediante los precios se podrán recuperar stocks vacunos y no aplicando medidas que, como las que se adoptan desde el gobierno, no ayudan a la optimización de una actividad que es, "por lejos, la más competitiva" con que cuenta Argentina.

Previo a presentar el trabajo que realizó el Ipcva, Llavallol analizó la situación actual de la ganadería argentina y lamentó que en los últimos 60 años "no se incrementó la producción", así como que en los rodeos bovinos "faltan terneros y novillos", debido a la sequía que azotó las regiones más productivas del país.

Vaticinó, además, que esa falta de animales para faena se prolongará "por lo menos" hasta 2006, y remarcó que la imposibilidad de incrementar las reservas ganaderas tiene su fundamento en la "falta de políticas" orientadas a optimizar la cría y desarrollo de la especie vacuna.

En ese contexto, también puso de relieve la "elevada presión impositiva" que soporta la producción ganadera en el país, así como la "necesidad" de que tanto los productores como el gremialismo rural "insistan con esos temas" ante el gobierno, tarea que, agregó, también compete al resto de la cadena cárnica comercial.

También consideró la "fuerte liquidación de vientres" que se produjo el año pasado, de cara a la necesidad de cubrir la demanda de carne vacuna en la plaza interna, por lo cual priorizó la "recuperación" de vacas y vaquillonas, como fábricas literales de terneros, una opción que está estrechamente vinculada a la disponibilidad de fondeo que pueda tener el sector pecuario.

"El gobierno tiene que entender que las medidas que disponga tiene que ayudar a la actividad", agregó, en sintonía con declaraciones formuladas previamente por otro de los directivos del Ipcva y ex presidente de Coninagro, Mario Raiteri, quien en su larga militancia gremial "lidió durante años" para que sus reclamos hallaran eco en el seno del gobierno, según sus propias palabras.

En relación con el primer mapa del consumo de carnes en el país, revela resultados cuantitativos y cualitativos de los hábitos de consumo de la población nacional que, en 74 % de los casos relevados, eligió la carne de vaca como alimento preferencial, sobre otras alternativas cárnicas.

Así lo destacó Llavallol, quien sostuvo que "la carne vacuna es la ideal para los consumidores argentinos", previo a ofrecer detalles del trabajo realizado sobre una muestra de 1.100 casos, que en los próximos días será presentado a las autoridades de la cartera agropecuaria nacional para su análisis.

El 72 % de los consumidores de carne vacuna del país prefieren comprar el producto en las carnicerías antes que en los supermercados, mientras que el 91 % se inclina por pedir los cortes frescos en el mostrador en lugar de los trozos envasados en bandejas o al vacío, según un estudio realizado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva).

La carne vacuna es el "alimento preferido" de los argentinos y su compra a nivel hogareño lo deciden en el 85 % de los casos las amas de casa, quienes también resuelven en un 89 % las formas de cocción y preparación del alimento, de acuerdo con el trabajo elaborado por la consultora TNS-Gallup.

La consulta indica que los argentinos consumen un promedio de 68 kilogramos por habitante por año, de los cuales 62 kilogramos los consumen en el hogar y los 6 restantes en casas de comida.

La carne vacuna está presente, como elemento principal o parte del alimento preparado, 24,6 días al mes en la dieta de los argentinos y, aunque el producto es muy conocido y apreciado, sus cortes son poco conocidos.

El asado resultó el corte más popular y mencionado en forma "espontánea" por el 65 % de los encuestados, seguido por la bola de lomo (39 %), cuadril (36 %), cuadrada y peceto (33 %), tapa de nalga (29 %) y vacío (28 %).

En cambio, otros cortes igualmente baratos resultaron muy poco conocidos como la palomita que sólo reunió el 6 %, la marucha (5 %), pecho y tortuguita (4 %), bife americano y cogote (3 %), y rabo (2 %).

A juicio de los encuestadores, esto indica la necesidad de difundir las opciones para mejorar el poder de compra de los consumidores.

El estudio

presentado ayer en ExpoChacra Ganadera por el presidente del Ipcva, Arturo Llavallol, se realizó sobre un universo de 1.105 entrevistados mayores de 14 años de todo el país complementado con la consulta sobre "hábitos de consumo" y compra del producto a otros 1.101 habitantes de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, Tucumán, Corrientes y Neuquén.