Cartas a la dirección

Pone fin

Señores directores: Hace unos días recibí, juntos con otros compañeros y distinguidas compañeras, el reconocimiento a la militancia de tantos años por parte del "Movimiento Nacional Peronista" a través del "Frente para la Victoria", la "Unión Ferroviaria" y también del "Instituto Nacional Juan Domingo Perón", dependiente de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, cuyo secretario general, compañero Lorenzo Pepe, nos hizo entrega de un diploma de honor, en mérito a nuestra trayectoria de tantos años, durante el acto en el que se recordó el 60° Aniversario del Nacimiento del Peronismo. No sé si en mi caso soy merecedor de tal distinción. De cualquier forma, quiero expresar mi profundo agradecimiento.

Ahora bien, este hecho me ha permitido reflexionar sobre lo que me queda por hacer a partir de ahora y llegar a la conclusión de que, después de casi 60 años de militancia en el Movimiento Nacional Peronista, habiendo superado ya los 70 años de edad y con algunos problemas de salud, sólo me resta decidir ponerle fin definitivamente a mis actividades políticas. Soy consciente de que probablemente a muy pocos pueda interesarse esta decisión, pero sé que para mí lo más importante es que por fin y después de tanto tiempo le daré tranquilidad a mi familia.

Lamentablemente, creo que, pese a mi esfuerzo, no pude cumplir con las expectativas con las que soñé toda la vida y que no eran otras que contribuir a cambiar la realidad, mejorando las condiciones de vida de la gente, para hacer efectiva la justicia social, máxima bandera de nuestro movimiento.

Dios es testigo de que puse todo de mí para lograrlo. Pero, bien, esto ya es el pasado, el presente es éste; reitero mi alejamiento definitivo de la política, política que, no tengo dudas, es una actividad noble, más allá de quienes la bastardean.

Finalmente, quiero expresar mi reconocimiento y profundo agradecimiento para los compañeros que siempre me apoyaron, mi sincera recordación para políticos de la oposición con quienes mantuve siempre mutuo respeto y cordiales relaciones.

Mario P. Papaleo.

Senador provincial (MC). DNI. 6.221.322. Ciudad.

Eutanasia

Señores directores: Estoy convencido de que cuando una persona llega a un caso límite, donde tiene que decidir si un ser querido o uno mismo sigue conectado a máquinas o mantenido con vida "artificialmente", lo tiene que decidir ella misma de acuerdo a sus principios y creencias. Alguien que no es católico o que es ateo no tiene por qué estar sujeto a las creencias de los que piensan distinto, diciéndonos lo que está bien y lo que está mal.

Si yo soy una persona adulta no tiene que decirme el Estado ni la Iglesia lo que tengo que hacer. Que decidan por ellos, pero que no decidan por mí. Los que dicen que Dios decide quién vive y quién muere, que no mantengan a la gente viviendo artificialmente, dejen que decida Dios...

Con relación a este tema, creo que ya es hora de discutir si el Estado tiene que estar ligado a una religión o ser neutro en este tema. No tengo dudas que un signo de madurez y evolución sería que el Estado sea laico, así se respetaría a la gente que cree en otras religiones o que simplemente no cree en ninguna.

Héctor Aguirre

DNI: 11.903.398. Ciudad.