Según Eduardo Piaggio
Luces y sombras en Iapos
El director de la obra social analizó el estado del organismo. Admitió las falencias que padece el instituto y planteó con qué políticas pretende corregir la actual situación.

Ivana Fux

Por consultas efectuadas por El Litoral a diferentes actores -afiliados, personal, prestadores- fue posible trazar un diagnóstico sobre la situación del Iapos. Los testimonios fueron complementados con una auditoría realizada por el Tribunal de Cuentas, cuyos resultados también publicó este diario.

Cobro del plus, demoras en las atenciones, tercerización de prestaciones, pérdida de algunos servicios, ausencia total de un sistema integral de control y dudas sobre la conveniencia y pago de algunos aportantes, son algunos de los síntomas que emergen y describen el estado actual de la obra social.

En diálogo con El Litoral, el director del organismo, Eduardo Piaggio, admitió los puntos débiles e intentó explicar decisiones polémicas. Además, describió políticas con las que pretende corregir aspectos controvertidos.

En primer lugar, se refirió a las serias advertencias del Tribunal de Cuentas respecto de la falta de un sistema informático que permita controlar y verificar los movimientos de todas las áreas pertinentes a la gestión. Reconoció la falencia y aseguró que en función de ello, se le pidió asistencia al Ceride para el diseño de un sistema integrado. "Como todo proyecto, esto demanda una fuerte inversión; necesitamos saber con qué dinero contamos y quién está en condiciones de hacerlo. Es un trabajo que va a llevar un tiempo y en el que estarán todos involucrados. Nos permitirá tener una historia clínica única y con esto, una radiografía del afiliado dentro del instituto; resolveremos en gran parte lo que la auditoría sugiere".

La tercerización

Piaggio admitió una de las incongruencias señaladas por los empleados. "La mecánica de la obra social hace que la mayoría de la información se encuentre hoy en manos de terceros y no del instituto", dijo el funcionario. "Los prestadores han desarrollado sistemas informáticos especializados que el instituto no posee. Entonces hoy, aunque parezca paradójico, debemos recurrir a ellos para tener información del propio organismo".

Qué pasó o por qué se permitió llegar a esa instancia. "Creo que los modelos prestacionales han favorecido esto; por eso digo que hay que redefinir qué es lo queremos como instituto, cómo y con qué herramientas lo financiamos", dijo.

Sin embargo, negó que el Iapos haya perdido autarquía. "Tenemos una auditoría compartida y allí discutimos y consensuamos; de lo contrario, tendríamos que abrir los brazos y dar respuestas a todos, cuando no siempre lo que se pide es lo que se necesita".

Piaggio defendió el mecanismo de la tercerización. "El 80 % de las obras sociales lo tiene; está casi en el conjunto de la salud del país. No hacerlo sería contar con efectores propios que el organismo no tiene".

Demoras y plus

La necesidad de tener que esperar varios meses para la realización de algunos estudios es una queja común entre los afiliados.

Piaggio se consoló: "No hemos tenido ni un solo riesgo de vida por la programación de una operación". Igualmente, consideró que los retrasos tienen que ver con una situación deteriorada del sistema de salud que se siente y repercute. "El afiliado debe entender que la urgencia está dada por una definición técnica del tema, por un profesional que así lo determina".

Consultado sobre el plus que cobran muchos médicos, admitió que sigue siendo un tema a resolver. "Tenemos dudas sobre cuáles son los mecanismos más idóneos para combatirlo. Es inmoral y la peor de las prácticas ya que parte de la necesidad de un afiliado con un problema de salud".

Piaggio dijo que hay 70 expedientes de médicos que quisieron cobrarlo, pero advirtió: "No puedo tirar por la borda a un profesional y que de acá a cinco años, tengamos que pagar un juicio por no haber podido acreditar en su momento. Estamos dispuestos a sacar del padrón al profesional que cobró plus, pero debe ser acreditado".

Conclusiones

Un aspecto observado por la auditoría fue la afiliación de organismos adheridos. Piaggio consideró que estos ingresos fueron propios de una "época económica distinta, donde el Iapos no era deficitario". Según señaló, una de las primeras medidas de su gestión fue actualizar los aportes para asemejarlos a los de una prepaga. "Pretendemos no subvencionar desde el Estado la actividad privada; no es una buena publicidad que estemos regalando las cosas", indicó.

El funcionario aclaró que la dirección no tiene la intención de seguir recibiendo nuevas entidades adheridas, y hasta deslizó la posibilidad de contar con una administración separada para aquéllos que deseen ingresar desde fuera, con costos que no generen una nueva desfinanciación.

Por último, admitió que un sinceramiento de los salarios públicos contribuiría a "oxigenar" los recursos del organismo. Personalmente, confesó no estar conforme con el funcionamiento de la obra social, aunque rescató aspectos positivos, como las prestaciones a enfermos oncológicos.

"La demanda es muy variada y todos los días nos exige más; aquél que crea estar conforme, mejor que se vaya a su casa", concluyó.

60 millones de pesos

es la deuda acumulada de municipios y comunas con el Iapos en los años previos a la firma de los convenios respectivos (antes de 1995), por los que los aportes comenzaron a descontarse automáticamente de la coparticipación. Piaggio aludió a un proyecto para consolidar dichas deudas y descontarlas en diez o doce años. Según sentenció, hoy "no tienen escapatoria" en materia de aportes, aunque sí reconoció que no hay precisiones ni mecanismos para determinar con exactitud el número de empleados de dichas administraciones.

Advertencia de los odontólogos

Por medio de su presidente, el Círculo Odontológico de Santa Fe manifestó su preocupación ante la desactualización del valor de la cápita que dispuso el Iapos para este sector, mediante un convenio que data de 1992.

"Los aranceles que por entonces se habían pactado no sólo que no se han aumentado, sino que han disminuido a partir del constante crecimiento de la demanda odontológica", dijo a El Litoral el Dr. Carlos Berli.

El profesional aclaró que esta voz de alerta ya había sido alzada durante la gestión de la anterior directora, María Inés Insaurralde, aunque nunca tuvieron respuestas.

"Necesitábamos una recomposición por lo menos para cubrir en parte ese 200 por ciento de aumento que tuvimos (y tenemos) en los insumos desde la escapada del dólar, y a lo que se suma el costo de vida, que también se incrementó en un 100%", sostuvo. "Por eso -prosiguió- estamos advirtiendo a la población, pacientes y gremios, que esta situación está llegando a un límite en el cual el odontólogo no va a poder seguir trabajando: o tendrá que dejar de atender por Iapos, o tendrá que buscar alguna alternativa para solventar en parte esa gran pérdida que está sufriendo".

Berli no descartó que ello implique cobrar plus. "No queremos hablar de eso porque suena mal. Pero desgraciadamente hay una parte que se está perdiendo. Nosotros trabajamos con una calidad en la prestación que no queremos deteriorar, y tampoco queremos dilatar la atención de los pacientes como para que nos cierren los números. Pero hay una estructura de costos que es clara: el arancel de un arreglo odontológico es de 19 pesos y el costo directo e indirecto suma casi 17; la ganancia es de dos pesos".

Según Berli, el odontólogo está tratando con mucha imaginación de que este convenio no se caiga. "Pero con esta falta de salida, le tenemos que decir al odontólogo que le explique al paciente cómo es la situación y que de una vez por todas, le hagan los reclamos a la obra social y no al profesional, que es el que viene desde hace tres años aguantando".

Consultado sobre por qué siguen con Iapos pese a años de desfasaje, explicó la influencia de dos variantes. Por un lado, la obra social representa casi el 50 por ciento del volumen de trabajo en los consultorios particulares; "el odontólogo no se puede dar el lujo de rechazar el paciente de Iapos, independientemente de que los aranceles sean muy bajos". Por el otro, las variables que llevan a una estructura de costos para determinar el precio de un arancel se determinan a través de costos directos e indirectos (impuestos, sueldos de secretaria, etc.). Estos últimos existen aún sin trabajar; "entonces es preferible atender por el costo, y no tener el consultorio vacío con todo a pérdida".

Del Círculo dependen unos 550 odontólogos, que atienen a su vez a unos 200 mil afiliados a esta obra social.