Estaba herido e internado en el Cullen

Murió uno de los presos heridos en la masacre del penal de Coronda

Confraternidad. Camisetas de Colón y de Central. Así se mostraron hoy los reclusos en la cárcel de Corona. Foto: AMANCIO ALEM. 

Con el fallecimiento de Jorge Raúl Yanuzzi, suman 14 las víctimas fatales del trágico episodio. Tenía 27 años y había recibido quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo. Por otra parte, hoy se reanudaron las visitas al penal en un clima de tensión, según lo reconoció su director, Carlos Monti.

José Luis Pagés - Juliano Salierno

Jorge Raúl Yanuzzi uno de los cuatro internos de la cárcel de Coronda que con quemaduras y graves heridas fueran traídos a nuestra ciudad para recibir asistencia en la Sala de Quemados del Hospital José María Cullen, dejó de existir esta mañana.

La muerte de Yanuzzi eleva a 14 el número de víctimas fatales que arrojó la horrible matanza que protagonizaran los internos de los pabellones 7 y 9 entre las últimas horas del lunes y primeras del martes 12.

Yanuzzi al igual que los trece que resultaron muertos en un primer momento era rosarino. El joven interno -tenía 27 años de edad-, resultó con quemaduras en el 80 por ciento del cuerpo, tales como las que provocaron el deceso de al menos otros compañeros de pabellón

Jorge Raúl Yanuzzi, purgaba una condena de 10 años y cuatro meses de prisión por tentativa de robo, tentativa de evasión, privación ilegítima de la libertad y robo.

Cabe recordar que la operación masacre pudo haberse llevado a cabo bajo pretexto de vengar la muerte de "Pajarito Verón", un interno santafesino que en circunstancias harto confusas resultó apuñalado en el pabellón 12 alrededor de las 22 del domingo.

Verón dejaría de existir alrededor de las 3 de la mañana del lunes y una 15 horas más tarde el establecimiento carcelario se convirtió en un infierno.

La relación cronológica de los hechos permite imaginar que a la muerte de "Pajarito" Verón siguieron acciones de represalia de los internos santafesinos sobre los rosarinos, de modo que de explicar un hecho a los otros, las víctimas fatales sumarían 15, en realidad.

Como Yanuzzi permanecen internados en el hospital José María Cullen otros dos internos, uno de ellos, Julio César Portella, con heridas punzantes y su estado es estable. El otro es Luciano Urquiza, con quemaduras de consideración.

Tensa calma

El anuncio de que este fin de semana se podían suspender las visitas para los internos del penal de Coronda convulsionó a la población carcelaria, y ante la inminencia de otra revuelta las autoridades optaron por dividir a los foráneos entre el sábado y domingo.

A las 7 de la mañana entraron las primeras personas. Una hora y media después la lista de visitantes llegaba al número 60 y todo estaba dispuesto para que la jornada se desarrolle en paz.

Sin embargo, las mujeres que viajaron hasta la cárcel para ver a sus hijos, novios o maridos, respetaron a rajatabla la consigna de "no llevar a los chicos". Los visitantes eran en su mayoría mujeres -siempre mayores- con un temor manifiesto por lo que podían encontrar dentro. Esta mañana no se vió circular familias completas como suele ocurrir todos los domingos, aunque sí mucha gente de Rosario, contrario a la versión de que hoy sólo permitirían la entrada de los allegados a los santafesinos. Antes que una división entre santafesinos y rosarinos, lo que se hizo fue permitir el acceso a determinados pabellones ajenos al motín del lunes.

Lo que sí estaba previsto y se cumplió al pie de la letra fue la presencia de refuerzos policiales en las inmediaciones del penal, patrullando la ciudad y en los accesos a la ciudad.

El personal penitenciario contó con el apoyo externo del Grupo de Operaciones Especiales de la URI del departamento La Capital, que aportó 14 hombres comandados por el comisario Juan Pablo Garro. Siete uniformados más se encontraban apostados a un costado de la puerta principal de la unidad carcelaria. Pertenecen al recientemente creado Grupo de Operaciones Múltiples de la URXV de Coronda, que por el momento cuenta con 14 policías en sus filas que deberán turnarse en la guardia prevista para hoy y mañana.

Estaban fuertemente armados y pertrechados con escudos, cascos, palos, chalecos antibalas y gases por si ocurría algún desmán en la periferia del penal.

El Jefe de la División Operaciones, comisario Claudio Viola también estuvo presente junto al jefe de Orden Público comisario inspector José Luis Alassia. Ambas dependencias pertenecientes a la Unidad Regional XV del departamento San Jerónimo.

Quien recorrió la ciudad en un móvil de la policía local fue el comisario mayor de la URI XV, Marcelo Raúl Rivademar, acompañado por el intendente corondino, preocupado por la seguridad de la población que circunda la cárcel.

Alrededores

Los vecinos explicaron cómo funciona el tema de las visitas, porque si bien el grueso de los familiares se concentran los domingos, también hay días para ver a los presos que habitan en los pabellones de mala conducta, y los miércoles se reciben únicamente a las visitas íntimas.

"Hoy hay menos gente de lo habitual porque están divididos. Pero los domingos, depende la altura del mes, la gente que ingresa va de 400 a 800 personas. Hay alrededor de 1400 presos y a veces vienen familias enteras" comentó Carolina.

Consultada por las molestias que ocasiona vivir cerca del penal otra vecina dijo que "a veces nos resulta atractivo, porque vemos lo que pasa".

También contó que "hay una casa para albergar a las mujeres de los internos, en la que duermen la noche anterior para ingresar temprano a ver a sus hombres".

"A la cárcel la tenemos incorporada porque está desde que nacimos, además no debe haber una familia que no tenga un pariente trabajando dentro del penal" finalizó.

Sin embargo también hay quienes tratan de evitar todo contacto con los familiares, que por lo general no comparten las mismas costumbres y valores que los vecinos de barrio.

Raúl aclaró que no tienen contacto con los presos aunque "se escuchan gritos y a veces retumban los tiros, pero se siente de lejos, lo que sí se percibe es el movimiento de entrada y salida de los empleados".

Para ilustrar el clima de tranquilidad que se vivió esta mañana en las inmediaciones de la cárcel, Sandra, una mujer rosarina que tiene a su sobrino y cuñado cumpliendo condena, se enteró ayer de que habían cambiado el turno y esta mañana a primera hora llegó al penal. "Acá está todo tranquilo, llegamos a las 6 de la mañana y había santafesinos y rosarinos. Hay tranquilidad afuera y adentro de los pabellones" aseguró la mujer, que consultada por lo ocurrido el lunes dijo que "no tiene palabras". Contó que hace años que conoce la cárcel de Coronda y otras y "es el primer motín feo que se armó, una masacre horrenda". Sobre los motivos "se escucha cada versiones, quieren que explote la visita y nosotros no tenemos problemas. Somos seres humanos y tenemos mucho sufrimiento por estos 13 muchachos que fueron mal matados".

Tensión.

El director de la cárcel de Coronda, Carlos Monti, afirmó hoy que las visitas se desarrollan con total normalidad, aunque todavía "hay un clima de tensión por parte de los internos". Monti llegó al penal minutos antes de las 10 de hoy y realizó declaraciones a la prensa luego de haber efectuado la primera recorrida por el interior del penal santafesino donde murieron 14 reclusos. El director le dijo a Télam que "uno trata de calmar los ánimos y bregar porque no se extralimite esa situación".

Comunicados

A poco de conocerse la renuncia del director de la cárcel de Coronda, Daniel Mansilla, el personal penitenciario dio a conocer un comunicado de prensa en el que manifestó su "molestia por el tratamiento que los medios de comunicación le dieron al tema"; los empleados advirtieron que "el trabajo penitenciario es un tema muy complejo y requiere de conocimientos específicos".

También se mostraron partidarios de la política de puertas abiertas que lleva adelante la institución "en relación a los proyectos en curso y en su objetivo de rehabilitación de los internos que es compartido por la totalidad del personal". Concluyeron señalando que "estos trágicos hechos se dieron en momentos de cambios y disposiciones que surgieron también a instancias de organismos extra institucionales no gubernamentales, que impulsaron muchos de ellos".

Por otra parte la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Santa Fe también extendió un comunicado titulado "Hemos llegado tarde", en el que además de marcar responsabilidades políticas, hace hincapié en continuar el camino de Dios, recuperar la confianza en el hombre y dignificar la vida del preso.

"Lo que sucedió era una situación que todos ya temíamos que podría ocurrir, pensamos que cuando visitamos a un hermano privado de libertad ya estamos llegando tarde; porque este hermano ya fue privado de muchas cosas y de muchas personas y ellos precisamente podrían haber llegado antes para impedir que fuera a la cárcel".