¿Qué lugar ocupa el cuerpo del hombre, de la mujer, en los días que transcurren? ¿Cómo lo pensamos, cómo lo tratamos, cómo lo embellecemos? ¿Es el cuerpo el reflejo del alma?

Éstas y otras innumerables preguntas dispararon la organización de las II Jornadas de Filosofía del Arte que bajo el lema "el cuerpo del arte, las artes del cuerpo", encontrará a intelectuales y artistas reflexionando juntos sobre un tema tan hondo para la esencia humana.

Estas jornadas se desarrollarán en nuestra ciudad, desde el martes 3 de mayo, organizadas por la Escuela Provincial de Teatro; el Taller-Escuela de Mimo, Expresión y Teatro Corporal; la Asociación Cultural La Reja de la Tapera; el Centro Educativo Cultural en la UTN-FRSF; la Secretaría de Extensión Universitaria y Asuntos Estudiantiles UTN-FRSF y la Sociedad Argentina de Profesores de Filosofía, de Santa Fe.

Colaboran en la propuesta, los Departamentos de Letras y de Filosofía de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL; y auspician la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL, el Departamento de Artes e Instituto de Artes del Espectáculo Dr. Raúl Castagnino de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, las revistas Contratiempo y Fénix y la Fundación Metáfora del Arte.

El profesor de Filosofía, Alvaro Costa, uno de los coordinadores generales de estas jornadas, explicó a Nosotros algunos aspectos que motivaron la iniciativa.

-¿Por qué la temática del cuerpo del arte y las artes del cuerpo para estas II Jornadas de Filosofía del Arte?

-Nos pareció que, si el año pasado, desde una perspectiva retórica, el acento estaba puesto en el decir de las artes, lo que las artes dicen y cómo lo hacen (cómo "mienten", diría Eco) y, entonces, había una cierta fuga hacia el significado, este año el acento podía ponerse en aquello que no se puede decir del todo, en lo que refracta al lenguaje. Aquello que Lyotard llamaría lo "figural" y Pierce, "el caos", sobre lo cual -por supuesto- no todos los filósofos ni semióticos están de acuerdo.

Nos pareció también que, aun acabada la ola corporeísta de hace unas décadas, el cuerpo sigue dando que hablar, aunque lo que se tenga que decir sea que hay un punto al que el habla no llega.

La novedad es que hoy el ser humano puede aplicar sobre su cuerpo "operaciones" increíbles en otras épocas: transexualidades, procedimientos cibernéticos, etc. Esta "disponibilidad" puede o debe ser reflexionada. Y también cómo la retoman las artes.

Por lo pronto, algunas artes, por su inevitable materialidad directa, constituyen un punto de inflexión entre lo que es y lo que no es cuerpo. En algún momento de la Historia, se prohibió la representación de la cara de Cristo (y no hace mucho se prohibió una película).

Por su parte, Orlan vivía hasta hace poco sacándose fotos de su rostro fresquito de cicatrices por la biaba, por la cirugía que se terminaba de dar, y eso era el arte que ella exponía.

En algún momento de su filosofía, Platón combatía a la poesía por ser una engañifa terrena que nos distrae de la idea, eso pensaba. Pero Marcuse va a postular, dos mil y pico de años después, una utopía estética de la sensibilidad, retomada de Schiller. Y así.

No sabemos si los disertantes se referirán estrictamente a lo que terminamos de contar, aunque -casi seguro- algo de esto puede circular. Nosotros no los invitamos con consignas demasiado acotadas. Les pasamos simplemente el título. Esto crea a veces algunas incomodidades, pero la verdad es que queremos que digan lo que quieran decir, priorizamos eso.

Al riesgo de que las jornadas se conviertan en una pluralidad un poco chirle, tratamos de compensarlo de dos maneras: que cada disertante sepa aproximadamente lo que el otro va a decir, y que exista una relatoría filosófica -una de las funciones más importantes, que este año estará a cargo de Diana López- que, al final, nos cuente a su manera qué es lo que pasó durante todo el evento.

El año que viene quizá el tema sea "La religión del arte". Da para mucho. Tanto es así que tenemos ganas de invitar a Dino Valls, Enrique Butti, León Ferrari, Héctor Rotger, Juan Carlos Alby, Osvaldo Svanascini, Hugo Mujica, Pablo Nicoletti y Jacobo Kogan, entre otros.

-¿Con qué objetivos se realizan estas jornadas y qué ideas o reflexiones les gustaría generar con esta propuesta?

-Los objetivos de la Sociedad Argentina de Profesores de Filosofía están presentes en estas jornadas; particularmente, el de contribuir a la divulgación del pensamiento filosófico en todos los ámbitos, y el de la promoción y perfeccionamiento del profesorado y de los estudios filosóficos en los distintos niveles de enseñanza.

En cuanto a la defensa de los legítimos intereses de los profesores de Filosofía -que es otro de los objetivos-, lo postulamos teniendo en cuenta que la Ley Federal de Educación en la provincia ha desterrado de los planes de estudio de las escuelas de artes, la materia Filosofía del Arte. Y nosotros pensamos que lo que se saca por la ventana puede entrar de nuevo por la puerta, aunque la puerta sea otra.

También pensamos que los artistas pueden tener mucho que decir filosóficamente o panfilosóficamente sobre el arte y sobre la vida, de modo que hoy es inconsistente hacer filosofía del arte sin una consideración "empírica" del arte y del pensamiento del artista, si quedara constancia.

En este sentido, la muestra plástica o los espectáculos que presentaremos no serán, de ningún modo, un adorno o un apéndice de las jornadas; su tenor será el mismo que el de las exposiciones orales. Pero tenemos claro que el mero hecho de ser filósofo no habilita para ser ceramista, ni al revés; al menos, como están hoy las cosas. El "espíritu" de las jornadas intenta unificar sin bastardear.

-¿A quiénes están dirigidas estas jornadas?

-Es un poco petulante afirmar que van dirigidas a todo el mundo, pero es así. Igualmente, si se cumple lo del año pasado, esperamos que estén presentes, amantes de la filosofía como del arte.

Estas son algunas de las cosas que se podrían generar; ahora habría que ver cuáles se generan.