Más problemas en el transporte de discapacitados

María Inés Hischier es discapacitada motriz y actualmente vive en Suardi, en el departamento San Cristóbal. Se comunicó con El Litoral para dar su testimonio sobre una situación que en varias oportunidades planteamos en estas páginas: el incumplimiento del decreto nacional N° 38/04, referido a la gratuidad en el transporte nacional de los discapacitados.

"Es una vergüenza lo que está pasando con el transporte en Argentina: las empresas no respetan esa legislación y ciertas empleadas inoperantes de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) parecen defender a dichas empresas".

A mediados de abril, Hischier -quien se traslada en silla de ruedas- necesitaba viajar a Buenos Aires para ser atendida por un neurólogo del Hospital Rivadavia. La única empresa que viajaba para estar ese día era El Pulqui.

Relató que "tuve que ir a hablar a Morteros a la boletería (ciudad distante a 20 kilómetros de Suardi), allí me dijeron que hablara a Reconquista, con el correspondiente gasto telefónico. Allí me dijeron que mandara un fax con mis datos y los de mi acompañante, el certificado de discapacidad y el turno médico".

Posteriormente, debió llamar a Reconquista -un nuevo gasto- y le dijeron que esperara los pasajes, que se los iban a mandar a Morteros, lo que nunca se concretó. Para ello, debió comunicarse telefónicamente en varias oportunidades, para recibir siempre una negativa. En un nuevo llamado telefónico a Reconquista le dijeron que le daban "el de ida y que para la vuelta no había cupo".

Hischier advirtió que el cupo no existe desde noviembre 2004.

Incomprensible manoseo

A partir de allí, se puso en contacto la CNRT. Contó que "tuve la suerte que me atendió un chico eficaz que en unas horas me consiguió el boleto. Me dijo que cuando llegara retirara el boleto en la oficina pero no me lo dieron. Después de revisar exhaustivamente todos mis papeles dijeron que no tenían orden de entregarlos, que fuera una hora antes de que saliera el micro y me los iban a dar".

Cuando llegó al lugar nuevamente le requirieron los papeles antes mencionados. Por fin pudo viajar pero en el colectivo "no había otros discapacitados", cuestionó.

Tras relatar otros y mayores inconvenientes que volvió a tener con la misma empresa para su viaje de este mes -incluso la empleada le llegó a cuestionar por qué quería viajar con El Pulqui si ya había tenido problemas-, María Inés Hischier se preguntó: "¿A quién reclamo la inobservancia de mis reclamos; no era que la empresa que se niega a dar los pasajes gratuitos correspondientes a los discapacitados son multadas; por qué no me dan los pasajes si al que los paga se los dan en el momento?".

Y también planteó: "¿Quién se hace cargo de todos los gastos que demanda demostrar a las empresas que soy discapacitada y necesito viajar? No entiendo por qué la CNRT está tan desorganizada y -por ejemplo- una empleada de la tarde no sabe qué se hizo a la mañana. ¿Quién se hace responsable de tanto manoseo?".