Permanencia de un clásico
Lo que el viento no se llevó
"Lo que el viento se llevó es la película más taquillera de la historia del cine, y ahora puede verse en formato digital con "ultra resolución".

EFE

"Lo que el viento se llevó", el clásico más popular de la pantalla grande, está dispuesto a quedarse para siempre en las estanterías de los amantes del cine y ahora se puede ver en formato digital con "ultra resolución".

Se trata de la llamada edición definitiva de la película más taquillera de la historia, un estuche que incluye cuatro discos en los que junto con la película producida por David O. Selznick en 1939 están diferentes documentos sobre sus protagonistas.

Un paquete que quiere hacer honor a los diez premios Oscar que consiguió la cinta y su posterior éxito en taquilla, repetido más recientemente en video, un formato en el que ha vendido más de ocho millones y medio de copias.

La presentación del DVD en sociedad también quiso recordar a la época dorada del cine con su debut reciente, en los mismos estudios que la vieron nacer, los Culver, un estreno anunciado como "la convocatoria más ardiente desde el incendio de Atlanta".

Se trató de una gala para las nuevas generaciones de Hollywood, porque mientras que "Lo que el viento se llevó" permanece en la memoria colectiva, a sus protagonistas se los ha llevado la muerte.

Leslie Howard (Ashley Wilkes) falleció en 1943, Clark Gable (Rehtt Butler), en 1960 y Vivien Leigh (Scarlett O'Hara) en 1967.

"David (O. Selznick) también murió muy joven, a los 63", confiesa la última superviviente de este épico, la actriz Olivia de Havilland, más conocida como la damisela del sur Melanie Hamilton, irónicamente la única de los protagonistas que muere en la película.

ANÉCDOTAS DEL RODAJE

Sus anécdotas del rodaje de este filme son parte del documental "Melanie recuerda: Olivia de Havilland habla de `Lo que el viento se llevó' ", una pequeña joya que refresca una película sobre la que ya han corrido ríos de tinta.

A sus 88 años, De Havilland recuerda la noche que Atlanta se quemó, al menos la recreada para la ocasión en los estudios Culver, donde O. Selznick prendió fuego a los decorados de "King Kong" para simular el fragor de la Guerra Civil en el que transcurre su película.

De Havilland habla de cómo convenció a Gable de que inundara sus ojos de lágrimas en ese momento de humanidad que hizo a su personaje el galán más imitado del cine.

También recuerda su derrota en los Oscar, donde era candidata como mejor actriz secundaria, una estatuilla que hizo historia al ir a manos de su compañera de rodaje Hattie McDaniel, la primera estatuilla para una intérprete negra.

"Tenía 22 años y me sentí devastada", reconoce. "Pero semanas más tarde me di cuenta de que era algo maravilloso que Hattie hubiera ganado. Que prefería vivir en un mundo así", señala la actriz con ese tono señorial que aún mantiene, contenta de haber contribuido como lo que piensa fue un primer paso hacia la igualdad racial.

De Havilland conseguiría años más tarde su propia estatuilla, de hecho dos de ellas por "To Each His Own" (1946) y "The Heiress" (1949).

Pero ninguna de estas películas llegaron a tener el alcance de "Lo que el viento se llevó", filme que aún no ha sido superado en popularidad ni tan siquiera por la fiebre de sagas como "La guerra de las galaxias" o por épicos tipo "Titanic".

La nueva edición en DVD incluye lo mejor de los dos mundos y a la vez que devuelve el sabor del pasado con una reproducción facsímil del programa con el que se estrenó el filme la nueva copia exhibe sus mejores colores, restaurados con una tecnología conocida como "ultra resolución".

Pero como insiste el último testigo de este épico, lo más importante es la magia que contienen las imágenes de "Lo que el viento se llevó".

"A los cinco minutos ya te sientes cautivada por la historia y quieres saber lo que va a pasar después. En serio, es un filme con un poder extraordinario", admite la actriz, quien la ha visto en 26 ocasiones.