La donación de 500 mil pesos que el Movimiento Los Sin Techo recibió en el mes de abril de la ONG Sotermun -a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI)- le permitió encarar un programa de salud destinado a mejorar el estado nutricional de todos los niños que viven en los 13 barrios de la ciudad en donde interviene el movimiento.

"Instrumentamos el programa en todos nuestros jardines de infantes porque creemos que es en estos lugares en donde pueden darse los mayores casos de recuperación. Allí los menores reciben apoyo nutricional, control clínico y de laboratorio", comentó Adriana Marini, pediatra de Los Sin Techo.

En las jardines del Movimiento los chicos no sólo aprenden y juegan sino que reciben la copa de leche y el almuerzo que les aporta un total de 700 kilocalorías.

En San Pantaleón, Las Lomas y Chalet, Los Sin Techo crearon tres jardines especiales para tratar los casos de desnutrición de los chicos que viven en esos barrios. Son 85 los menores que reciben un control médico exhaustivo, estimulación y una alimentación hipercalórica y de mayor calidad.

A la asistencia alimentaria se suma el control médico mensual. Las maestras son las encargadas de llevar a casi 700 chicos a los centros de salud que el Movimiento tiene en cada barrio. En caso de que no exista dispensario, son los pediatras los que concurren a los jardines.

Quienes participan de la iniciativa aseguran que de esa manera evitan que los chequeos médicos queden a expensas de la voluntad de los padres.

"En cada centro de salud tenemos ginecólogos y pediatras lo que permite realizar desde el diagnóstico de la embarazada hasta la evaluación del niño.", comentó el Dr. Carlos Parola, coordinador del Programa. Además "gracias al aporte español pudimos mejorar los servicios e incorporar nuevo instrumental: balanzas, nebulizadores y además medicamentos".

Según un relevamiento realizado por el Movimiento Los Sin Techo durante el 2001 y el primer semestre del 2002 sobre un total de 1.672 niños carecientes menores de 5 años, existen en los 11 barrios censados un 33% de desnutridos crónicos y un 9,5 % de desnutridos agudos. El primer tipo determina un retardo en el crecimiento y en el tamaño corporal. "Físicamente es un chico gordito y petiso", comentó Marini. "Todos los impactos nutricionales, infecciosos y del medio ambiente han influido de tal forma que no sólo le afectó el peso sino también la talla. Va a seguir creciendo pero con una talla más baja a la que corresponde para su edad", concluyó la doctora.

Este tipo de desnutrición es más frecuente en los niños mayores de dos años (35%) al contrario de la aguda que prevalece en los bebes entre 6 y 24 meses. " Hasta los 6 meses dependen de la lactancia materna que les asegura el alimento pero después de esa edad tienen que hacer frente a una realidad en donde hay escasez de alimentos, falta agua potable y se dan muchos otros factores asociados al nivel socioeconómico de los padres", explicó Marini.

Según un informe de Los Sin Techos, el 98% de los 700 niños nacidos en el 2001 en los barrios carecientes de nuestra ciudad no poseían baño completo, el 25% no tenía agua corriente, el 40% de las madres no había terminado la escuela primaria y el 85% nació en el seno de un grupo familiar superior a cinco personas.

Desnutrición crónica

23 % en Alto Verde, 26 % en El Arenal, 30 % en El Centenario, 34 % en Chalet, 24 % en Chaqueño, 45 % en El Abasto, 47 % en Las Lomas, 41 % en Loyola, 17 % en Pompeya, 35 % en San Agustín II, 32 % en San Pantaleón.