Doce años después de filmar "Gatica, el Mono", su última ficción, el célebre cineasta y cantautor Leonardo Favio volvió a confiar en sus sueños e imaginó a su próximo largometraje, "Aniceto", como un ballet cinematográfico que comenzará a rodar en enero próximo y que él ya define como la mejor de sus obras.

"Creo que ésta será realmente `mi' obra. Estoy convencido, porque es la que más me gusta como idea. Me permitirá construir el cosmos, los cielos, manejar la magia en general, que aparezcan y desaparezcan las cosas. Un poco como hacía Meliés", adelantó Favio, quien por otra parte no descarta que ésta pueda ser la última película de su vida.

Favio imagina a su próximo filme "como un gran acto de prestidigitación. Quiero hacer como los magos: mientras más mirás, menos ves o menos adivinás. Va a ser como un vértigo permanente, donde la naturaleza estará presente todo el tiempo y la luna y los amaneceres aparecerán en constante movimiento", agregó.

Favio piensa en el bailarín argentino Hernán Piquín, miembro del Ballet Argentino de Julio Bocca, como el posible protagonista de su nuevo proyecto, que, al igual que "Éste es el romance del Aniceto y la Francisca..." -su famoso filme de 1967-, narrará la tristeza, la caída en desgracia y la muerte de un hombre que lo tenía todo para ser feliz.

Mientras avanza en el diseño de decorados y luces para "Aniceto", basado como "El romance..." en el cuento "El cenizo", de su hermano Jorge Zuhair Jury, el realizador dijo que "esta película plantea una búsqueda de la expresión a través de la imagen, mucho más concentrada y potente. En estos momentos hay elementos que me pueden ayudar a conmocionar mucho más", y añadió: "Nunca me propuse cosas sobrenaturales con mi cine; simplemente busco lograr la emoción. Y con eso me doy por cumplido".

En ese sentido, Favio convocó al pianista tucumano Miguel Ángel Estrella -actual embajador argentino ante la Unesco- para grabar la pieza "Fantasie Impromptu Opus 66", de Frederic Chopin, que será incluida junto a la música del compositor Iván Wyszogrod en la banda sonora del ballet cinematográfico.

A pesar de que dejó de lado su idea inicial de convertir este proyecto en una obra teatral, el cineasta dijo que "absolutamente todo va a transcurrir dentro de un set. Y así, lo teatral seguirá presente. Siempre me gustó arriesgarme a jugar a ser Meliés en alguna de mis películas y ésta será mi oportunidad", admitió.

-¿Qué es lo que más lo conmueve?

-Lo mismo que te conmueve a vos. Yo no intelectualizo mucho las cosas. Lo que me conmueve me conmueve, pero no sé. Es como cuando te preguntan: "¿Cuál es su mujer ideal?". Qué sé yo cuál es. No es ni rubia ni morocha, ni gorda ni flaca, ni alta ni baja. Es aquella que me golpea el alma.

-¿Qué consejos le daría a un cineasta joven ?

-Que sepa que el cine es un camino doloroso y hermoso, nada más. Como decía San Agustín, "Ama y haz lo que quieras". A partir del amor, hacé el cine que te dé la gana, siempre y cuando tengas algo para decir y si realmente vale la pena. Desde ahí, cada uno puede hacer la suya.

-Es más intuición y honestidad con uno mismo que otra cosa...

-Es un acto de amor. Si no tenés amor por lo que hacés, es un acto fallido.

-¿Qué es el cine para usted?

-Un lugar donde me refugio y paso a compartir con los demás fragmentos de mi vida, donde logro no estar solo y donde me siento acompañado y protegido.

-¿Y qué es lo que más le gusta del cine?

-La elaboración, la lucha que implica la búsqueda de capitales, que es como un desafío por el cual uno se siente vivo. Uno tiene que verlo todo y darse cuenta de que todos te pueden aportar algo y de que todo es válido para lograr la emoción. El secreto está en sentirse un eterno aprendiz.

-Para eso hay que tener un alto grado de humildad...

-No, en realidad, mucha inteligencia y picardía, nada más. Darse cuenta. La necedad no te lleva a ningún lado, te limita mucho. Lo importante es lograr la emoción.

Los guías. "Creo que mi madre me dio todos los instrumentos que hacen a la marcación actoral y Torre Nilsson me hizo ver que este oficio no es difícil ni fácil: es. Tiene que tocarte el corazón".