Vuelco en la investigación de un misterioso crimen

Buenos Aires (DyN).- La investigación del confuso caso en el que una pareja de policías federales apareció baleada en un automóvil en la autopista Dellepiane el 24 de mayo último, dio un vuelco luego de que las pericias determinaran que las armas de los efectivos no fueron accionadas, lo que confirma la participación de una tercera persona, informaron hoy fuentes policiales.

El resultado de las pericias fue vital para la causa, ya que hasta ahora la hipótesis más firme apuntaba a un conflicto entre los policías derivados de un drama pasional.

Sin embargo, ahora se probó que ninguno de los efectivos disparó sino que fue una tercera persona que, según informaron a DyN fuentes policiales, "ya está individualizada".

Las fuentes informaron que pese a este nuevo giro en la causa, una de las hipótesis sigue siendo la de un drama pasional con la intervención de esa tercera persona, aunque tampoco se descarta un intento de asalto.

A partir de los nuevos elementos, los voceros policiales consultados por DyN hicieron una reconstrucción del caso en el que murió la cabo Silvia Brítez y resultó herido el cabo primero Gustavo Ramón Carballo, quien se encuentra internado en el hospital Churruca, fuera de peligro.

Según se indicó, los dos policías que se desempeñaban en la comisaría 13 de Caballito, habrían mantenido una relación sentimental y el 24 de mayo último habían ido en un Renault 9 color bordó a los bosques de Ezeiza para un presunto encuentro íntimo.

Cuando la pareja se encontraba fuera del vehículo, apareció un desconocido que -por motivos no revelados- descerrajó tres disparos contra Brítez con una pistola calibre 9 milímetros.

En ese momento, dijeron los voceros, Carballo intentó auxiliar a la mujer, a la que subió al auto en el asiento delantero del lado de la acompañante, y él se puso al volante para llevarla a un hospital.

El agresor, entonces, efectuó otro disparo por la ventanilla de la puerta delantera, que se encontraba baja.

El proyectil entró por la mejilla derecha de Carballo y salió por la izquierda para finalmente romper el vidrio de la puerta delantera del lado del volante, que se astilló y cayó en el pasto. El hallazgo del vidrio con manchas de sangre en los bosques de Ezeiza fue otro de los datos fundamentales para reconstruir el caso.

Según el relato de las fuentes policiales, Carballo, aún herido, puso en marcha el vehículo y tomó por la avenida Dellepiane hacia Capital Federal, pero a la altura de uno de los peajes del parque Nicolás Avellaneda, en el barrio Parque Chacabuco, se desvaneció, por lo que pasó la garita sin pagar y chocó levemente a un automovilista que circulaba delante.

El conductor se bajó del auto para reprochar la acción pero en ese momento notó que los dos ocupantes del Renault 9 estaban ensangrentados. El auto hizo 200 metros y quedó detenido al lado de un guardarraíl.

Una empleada del peaje llamó a la Policía que al llegar al lugar encontró a la mujer con tres disparos en uno de los hombros, el cráneo y el abdomen, mientras que Carballo se encontraba con un tiro en el rostro.

Ambos fueron trasladados en helicóptero al Hospital Churruca, donde la mujer falleció mientras era operada. Según fuentes policiales, la mujer estaba vestida sólo con ropa interior y el policía estaba a medio vestir. Ambos tenían sus uniformes pero se los habían quitado y colocado en el asiento trasero, al igual que las armas reglamentarias que no habían llegado a accionar.

En el interior del automóvil la Policía encontró las pistolas 9 milímetros reglamentarias de los efectivos y vainas servidas del mismo calibre.

En un primer momento trascendió que el hombre habría baleado a la mujer y luego se habría disparado, en un supuesto episodio pasional.

Sin embargo esa versión preliminar quedó descartada ahora con las pericias e incluso la Policía aseguró que el agresor está individualizado.