El nombre de Jorge Drexler ya no resulta extraño. Su música se identifica con las cosas simples que más seducen de la cultura uruguaya. Días atrás, se lo vio "relajado" en Montevideo a pesar de colmar durante dos noches seguidas las más de 2.000 ubicaciones del cine Plaza, según informó la agencia EFE.

El flamante ganador del Oscar 2004 a la mejor canción, por "Al otro lado del río", del filme "Diarios de motocicleta" de Walter Salles, estuvo en su ciudad natal tocando para su público más fiel.

Hace diez años que vive en España, y regresa a Uruguay tres o cuatro veces al año -según le comentó al diario Clarín en una entrevista, previo a su presentación en Buenos Aires-.

Con traje negro, camisa y zapatillas deportivas amarillas -una vestimenta que habla de ese modo carente de sofisticaciones innecesarias que definen, de algún modo, su perfil- presentó ante el público montevideano su espectáculo "Guitarra y vos", junto al guitarrista español "Uma".

La frase es un juego de palabras, ya que el "vos" se refiere a un "tu" no identificado, pero al pronunciarlo en América latina también evoca la "voz".

Las dos guitarras y la voz fueron los dos "instrumentos" encima del escenario, a pesar de que Drexler hizo un profuso uso de sintetizadores de voz y su amigo Luciano Supervielle, el "scratcher" de Bajo Fondo Tango Club, lo acompañó frotando discos de vinilo en el tema que da nombre al espectáculo.

No fue su único invitado "de honor". Al escenario también subió uno de sus hermanos, Daniel, y juntos tocaron el tema "Vacío", compuesto por éste.

"Para mí, es un momento muy especial. Es mi hermano, un músico que admiro y el responsable de que yo empezase a componer canciones porque aunque es menor, él empezó antes que yo", explicó el artista.

En su actuación de Montevideo , Drexler dedicó "Salvapantallas" a sus otros dos hermanos, Diego y Paula, también músicos.

Las referencias personales se sucedieron. Ya había tocado "De amor y de casualidad", dedicada a su hijo, y antes de tocar "El pianista del gueto de Varsovia", dedicada a su abuelo, invitó al escenario a su esposa, la cantante española Ana Laan.

Ella cantó un fragmento de una de las canciones de su nuevo disco "Orégano" y después, a dúo con su marido "En Blanco y Negro".

Drexler hizo un repaso de las canciones más representativas de sus últimos dos discos "Sea" (2001) y "Eco" (2004) e incluso pidió sugerencias al público, ofrecimiento del que después, tal vez, se arrepentiría dado que la platea no dejó de gritar nombres de canciones el resto del espectáculo.

El cantautor, entre compatriotas, se mostró tan relajado que llegó a olvidarse de la letra de "Polvo de Estrellas", tuvo incluso que parar, pero el lapsus se subsanó gracias a la ayuda de la memoria del público.

El concierto, que empezó con "Volando voy" del español Kiko Veneno, acabó dos horas más tarde con dos bises y toda la platea en pie.

BUENAS COMPAÑÍAS

Acerca de la relación que lo liga a sus pares Kevin Johansen y el brasileño Paulinho Moska, Drexler le expresó al matutino porteño: "Por primera vez tengo una sensación de pertenencia estética a una generación. Y tiene carácter regional, es como el Mercosur. Kevin, Paulinho, el uruguayo Fernando Cabrera, el brasileño Vitor Ramil, mi hermano Daniel, el pelado Cordera, todos hacemos cosas distintas, con diferentes estilos. Creo que estamos más unidos por la admiración que por la afinidad musical".