Desertización, una creciente amenaza mundial

La desertización, una creciente amenaza mundial, ha hecho que en amplias zonas del planeta el índice de mortalidad infantil se duplique respecto a otros lugares de países en desarrollo, según un informe divulgado esta semana.

El profesor Zafar Adeel, director asistente de la Red del Agua de la Universidad de las Naciones Unidas en Canadá, señaló a EFE que "algunas de las estadísticas son terribles, como que la mortalidad infantil en las zonas afectadas por la desertización en países en desarrollo es diez veces superior a la de los países desarrollados".

Las 54 muertes infantiles que se registran por cada 1.000 nacimientos en las áreas desérticas son una cifra atroz incluso para los países en vías de desarrollo, donde en las zonas no afectadas por la desertización la mortalidad infantil es la mitad, agregó Adeel.

Pero el informe también advierte que las consecuencias rebasan los confines de las áreas directamente afectadas, donde viven 2.000 millones de personas.

Por ejemplo, las cada día más numerosas tormentas de arena que la desertización causa en el desierto del Gobi, a caballo entre Mongolia y China, afectan a la mayoría de este último país, las dos Coreas y Japón, pero también reduce la calidad del aire en Norteamérica.

Según el informe, titulado "Ecosistemas y Bienestar Humano: Síntesis sobre la Desertización", se considera que los problemas de salud durante la estación seca están relacionados con un aumento de las tormentas de arena producidas por la desertización.

También se considera que el polvo procedente de los desiertos del Gobi y el Sahara está detrás de problemas respiratorios en Norteamérica e incluso de daños registrados en los arrecifes de coral del Caribe, añade.

El informe

El informe surge de investigaciones de la llamada Evaluación del Ecosistema del Milenio (MA), un estudio que ha costado 22 millones de dólares y en el que han participado 1.300 expertos de 95 países.

Para el profesor Adeel, el acelerado proceso de desertización "es un problema enorme, de hecho uno de los más graves de nuestra era".

La desertización, consecuencia de factores climáticos y actividades humanas, desestabiliza las sociedades de los países afectados al incrementar la pobreza y crear refugiados medioambientales que a menudo añaden presiones a zonas que no han resultado afectadas, añade el estudio.

Adeel pone el ejemplo de la zona del Sahel, una región africana al sur del Sahara que abarca áreas de países como Níger, Chad, Mali y Nigeria.

"Es una región semiárida que durante los años 1980 y 1990 sufrió una persistente sequía -algo cíclico en la región- cuyos efectos fueron multiplicados por actividades humanas, principalmente prácticas agrícolas insostenibles. Las consecuencias se pueden sentir en el sur de Europa con la llegada de miles de refugiados que escapan del hambre", afirmó Adeel.

Otro de los autores del informe, el profesor Uriel Safriel, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, señaló que "el aumento de la presión demográfica, no acompañado por prácticas de gestión compatibles con el nuevo tamaño de la población, es la causa de la degradación".

El informe apunta en concreto a los 300.000 millones de dólares en subsidios agrícolas pagados en todo el mundo el año 2002, como uno de los factores que está acelerando la desertización.