El Museo de la Emigración Gallega en Argentina comenzará a hacerse realidad con la apertura de una muestra que reconstruye la historia de los centenares de miles de personas que desde mediados del siglo XIX convirtieron el país sudamericano en la "quinta provincia" de Galicia.

La exposición "Gallegos, de Galicia a Buenos Aires 1860-1960" abrirá sus puertas al público el próximo martes, en el museo instalado en el antiguo Hotel de los Inmigrantes de la capital argentina, informaron a EFE sus organizadores.

"El objetivo es que los visitantes puedan revivir o sentir por primera vez cómo era la vida cotidiana de los gallegos que llegaron a esta tierra en varias oleadas migratorias", dijo la directora del Museo de la Emigración Gallega en Argentina (Mega), Isabel Barros.

La idea de crear el Mega surgió el año pasado desde la Federación de Asociaciones Gallegas de la República Argentina, una entidad que se declara republicana y cuenta con un nutrido y valioso archivo de documentos a partir de 1921.

Pero la mayoría de los más de cien objetos que hasta el 31 de este mes podrán verse en el Museo Nacional de la Inmigración de Buenos Aires "llegó a través de donaciones o préstamos de gente de la colectividad", destacó Barros.

La historiadora precisó que "en la muestra habrá maletas, documentos, instrumentos musicales, utensilios de cocina y los pocos enseres personales con los cuales los gallegos llegaban en barco a este país, casi siempre huyendo del hambre o de la guerra.

"A partir de tres ejes, los oficios, la comida y la música, pretendemos hacer una recuperación de la memoria, que se está perdiendo porque van quedando pocos testimonios orales de quienes protagonizaron estos cien años de historia", dijo.

Barros, hija de un emigrante gallego que llegó a la Argentina en 1911, informó que a partir de agosto la exposición se trasladará a la sede de la Federación de Asociaciones Gallegas, un edificio de comienzos del siglo XX situado en el centro de Buenos Aires.

"De todos modos -aclaró-, el Mega está concebido como un museo itinerante, por lo que recorrerá el interior de la Argentina y quizás se traslade también a otros países de América con fuerte presencia de la colectividad, como Cuba, Uruguay o Venezuela".

La Argentina es denominada popularmente como la "quinta provincia" de Galicia por haber sido el mayor receptor de emigrantes gallegos y, con motivo de las recientes elecciones regionales en la Comunidad Autónoma, Buenos Aires fue considerada la tercera "ciudad gallega" en cuanto a número de votantes, sólo por detrás de Vigo y La Coruña.

Miguel Chiloteguy, un restaurador argentino descendiente de vascos que junto a otros doce especialistas trabajó en la preparación de la muestra, comentó que "cada objeto que se expondrá es importante en sí mismo, más allá de su valor económico.

"Entre las cosas más curiosas hay un catalejo, una bandurria, una antigua bicicleta con luces a dínamo y mantas de lino y lana que se confeccionaban en telares artesanales de pequeñas aldeas con materiales de la zona", indicó.

Mientras la exposición esté instalada en el hotel de Buenos Aires donde se alojaban los recién llegados al país, habrá espectáculos de música gallega y se exhibirá un documental con testimonios de protagonistas de la última gran oleada de emigrantes (1940-1960).

En el filme, Manuela Rodríguez Moldes relata su llegada desde O Grove (Pontevedra) como polizón en un barco y recuerda que, cuando estaba a punto de ser deportada por ilegal, una gestión de la por entonces primera dama de Argentina, Evita Duarte de Perón, le permitió quedarse en el país junto a parte de su familia.

La muestra "Gallegos, de Galicia a Buenos Aires" será inaugurada oficialmente el próximo martes, en un acto que contará con la presencia de autoridades locales, de la Xunta de Galicia y de la colectividad.

El proyecto del Mega cuenta con respaldo financiero de la Xunta, la Diputación de La Coruña, la Agencia Española de Cooperación Internacional y la adhesión de la Secretaría de Cultura y la Legislatura de Buenos Aires, así como del Senado argentino.

"Creemos que es la primera experiencia a nivel mundial en la que los propios emigrados crean un museo en el país que les recibió", manifestó Barros.