EFE
A pesar de que se estrenaron más películas, en Argentina la venta de entradas de cine cayó un 24,5 por ciento en el primer semestre del año frente al mismo período de 2004.
El auge del DVD está cambiando las costumbres del público cinéfilo, a lo que contribuye la piratería, que lanza al mercado local filmes que al mismo tiempo se exhiben en las salas de cine o que ni siquiera llegaron a la pantalla grande, apuntó el diario La Nación.
El periódico efectuó un análisis de los informes semanales producidos por las consultoras Nielsen EDI Argentina y Dis-Service, según los cuales en los primeros seis meses de 2005 se vendieron 16.8 millones de entradas de cine.
Esa cifra supone una fuerte baja frente a los 22.2 millones de localidades vendidas durante el mismo lapso del año pasado. La caída se registró pese a que en el período se estrenaron 114 películas, once más que en el primer semestre de 2004.
En tanto, si bien hubo un aumento en el valor promedio de las entradas, entre enero y junio los cines recaudaron 38.2 millones de dólares, un 21.6 por ciento menos que en el mismo lapso de 2004.
PREFERENCIAS
El cine estadounidense volvió a ser el preferido del público argentino, ya que las 64 novedades de ese origen acapararon el 85.4 por ciento de las localidades vendidas, aunque también hubo una destacada presencia de la producción europea, con 17 películas.
En tanto, los 16 largometrajes argentinos estrenados durante el primer semestre del año convocaron a casi 1.2 millones de personas, cifra que bajó levemente en la comparación interanual y representó un 7.1 por ciento del total de espectadores.
En cuanto a los filmes más vistos, en los primeros seis meses del año pasado fueron ocho los títulos que superaron la barrera del millón de entradas vendidas, mientras que en 2005 sólo "Los Fockers, la familia de mi esposo", superó esa marca con 1.3 millones.
La Nación advirtió de que la caída en las recaudaciones de los cines no es patrimonio exclusivo de Argentina, sino que se extiende a la mayoría de los mercados importantes, como Estados Unidos, donde las caídas en las taquillas llevan 18 semanas consecutivas.