Cuando uno ingresa a visitar al recinto donde funciona el Centro de Control Operativo de la EPE, y observa a tres operarios sentados cómodamente en mullidos sillones ante nueve monitores de computadora, cuesta comprender que desde ese pequeño cuarto en la ciudad de Rosario se controle el destino de la mayor parte de la provisión de energía eléctrica de la provincia de Santa Fe. Casi todo pasa por allí.

Recién se toma conciencia de lo que significa, cuando uno de los ingenieros encargados del área recibe al contingente de periodistas que visita el lugar, y comienza a desgranar los aspectos técnicos del sistema: muestra los alcances que tiene en la práctica el moderno equipamiento.

Desde este centro se puede controlar gran parte de aquel proceso que permite que la energía que proviene del sistema interconectado nacional ingrese a las instalaciones provinciales y desde allí, después de varias transformaciones, se distribuya por las redes de las ciudades y pueblos de la provincia.

"Desde aquí es posible verificar todas las novedades que el sistema tiene, que se van actualizando cada vez que transcurre una milésima de segundo", explica el especialista.

Recuerda además que está sincronizado con empresas como Cammesa y Transener, y de esta manera, cuando el evento detallado por el sistema involucra a más de un agente, permite tener una sincronización horaria de mucha precisión. Por eso, debido a la importancia que reviste la información que se maneja, posee un importante respaldo de equipos electrógenos para prever cualquier eventualidad.

Cammesa ordena qué usinas generadoras se ponen en marcha y salen del sistema para proveer energía, según costos y necesidades. Transener es la compañía privada que transporta esa energía. La EPE, como todas las demás distribuidoras importantes del país, suministra sus novedades importantes de demanda y eventuales dificultades en tiempo real, mediante el mencionado centro de control.

Por esa razón -y también por la seguridad del sistema- todos los archivos históricos y la información que envían los comandos están repetidos.

Uno de los visitantes, oriundo de la ciudad de Rafaela, se permite algunas consultas sobre el funcionamiento del complejo sistema. Al momento, y a través de una serie de maniobras con el mousse, el ingeniero visualiza en un monitor un croquis de la planta de Rafaela y responde todas las dudas.

Desde allí, la empresa puede monitorear las instalaciones, resolver algunos problemas y prevenir colapsos. "Puede ocurrir algún desperfecto importante que requiera la visualización del fenómeno antes de tomar decisiones". Cuando aparece una falla severa, se puede tomar una acción de reposición o llamar a la guardia operativa que va hasta la estación, hace una inspección visual, y resuelve el inconveniente. Sin embargo, la mayoría de las maniobras se hace desde allí, con la ventaja de que no hay que desplazar gente, se reducen los riesgos, y la rapidez de reposición es casi instantánea.

El centro ubicado en Rosario tiene una exacta duplicación en la ciudad de Santa Fe, y entre los dos centros hay una replicación de datos permanente. "Ante cualquier eventualidad, se pueden redireccionar la información y seguir operando desde el centro alternativo" explicó el ingeniero.

Cuando en 1998 se tomó la decisión de incorporar esta tecnología en la EPE, supuso una inversión muy grande. "Hoy ante la velocidad con que avanza la tecnología informática, el sistema es confiable y funciona correctamente, pero ya tiene cerca de sesenta mil horas de uso continuo, y por eso, la empresa estudia la posibilidad de actualizarlo", detalló el especialista.

Al procedimiento digital -no es virtual- lo permiten los interruptores de telecomandos, y el sistema de comunicación por microondas y fibras ópticas, que en tiempo real (instantáneamente) transmite información a kilómetros de distancia.

Instalado a fines de los años noventa, hacia 1998, la implementación del equipo supuso para la Empresa Provincial de la Energía una inversión cercana a los 10.000.000 de dólares.

Este tipo de sistemas de telesupervisión, conocidos con el nombre de Scada, permite monitorear y comandar a distancia instalaciones eléctricas, de gas, agua o petróleo. El de la EPE sirve para supervisar las instalaciones de las estaciones transformadoras de la empresa, donde la tensión se rebaja de 132 kV a 33 y 13,2 kV.

El sistema informático sobre las instalaciones eléctricas permite una serie de beneficios en el trabajo diario que realiza la EPE. En primer lugar, el conocimiento preciso y actualizado del estado de la red y la reducción del número de fallas y del tiempo para repararlas. Asimismo, implica la incorporación de información actualizada de las cargas de líneas y transformadores, lo cual hace posible evaluar el comportamiento de la red y anticipar maniobras.

Por otra parte, con este sistema se produce un menor costo de mantenimiento debido a un mejor control de las exigencias de los componentes del sistema y una reducción de los gastos de movilidad por operación y lectura manual de las cargas del sistema.

A partir de su uso, se produce un aumento del mantenimiento preventivo de las instalaciones, ya que las alarmas se programan para encenderse antes del punto de colapso de un equipo.

En otro orden, permite una mayor seguridad de los operarios, ya que el comando de los interruptores se realiza a distancia, y una más alta precisión en las decisiones empresarias de planeamiento, porque se dispone de datos confiables en tiempo y forma.