Por Rogelio Alaniz
-¿Qué significa para usted dirigir el Colegio Nacional, que es una parte importante de la historia de la Argentina?
-Colma mis ambiciones terrenas porque el colegio es un poco mi casa. Yo fui alumno, después, profesor; luego, me echaron; finalmente, volví. Mi padre fue rector del colegio, no mucho tiempo, pero fue profesor más de cuarenta años. Al colegio yo lo siento como si fuera mi casa. Tenemos una pasión un poco alarmante, somos medio insoportables cuando nos hablan de nuestro colegio.