Liberaron al joven del espionaje

El joven analista de sistema que pretendió vender información robada de la planta industrial que la multinacional Unilever tiene en Villa Gobernador Gálvez quedó en libertad anoche.

Luego de cumplimentar los trámites prontuariales -registro de huellas dactilares, interrogatorio sumario y revisión médica- el joven ganó nuevamente la calle por disposición del juez correccional Eduardo Enrique Costa, quien instruye un proceso por infracción al artículo 156 del Código Penal. Como la violación del secreto profesional es una falta, el delito es excarcelable.

Un chico bueno

En lo que parece una historia ya oída varias veces el imputado, identificado como un tal "Benjamín", de 25 años, en todo momento fue calificado por sus compañeros de trabajo y hasta por la propia policía como un "buen muchacho".

"Este buen chico realizó un robo hormiga y se hizo con las tendencias publicitarias que la empresa tenía planificadas para el período 2006 y 2011". Después se las ofreció a una empresa de la competencia por 500 mil pesos. El trato era `vos me pagás una parte y yo te doy una parte', confió un investigador cuando detuvieron al joven.

Y el viernes se hizo la primera entrega de ambas partes. Al analista lo sorprendió un policía de civil de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) con 120 mil pesos marcados y un CD con valiosa información surgidas de las entrañas informáticas de Unilever.

"La verdad es que no sabemos qué se le cruzó por la cabeza a este pibe. No tiene el perfil de un delincuente, a no ser que se esté haciendo el idiota y los giles seamos nosotros", se sinceró ayer uno de los pesquisas que trabajó el caso. "Cuando lo agarramos lloraba como una criatrura", confió.

Pero los altos cargos de Unilever en la región no serían los únicos que perdieron el sueño. "Benjamín se encargada de hacerle el soporte técnico a las notebook (computadoras portátiles) de los vendedores de la empresa en la región", pudo saberse. Esto significa que el joven también pudo tener acceso a las agendas de un batallón de vendedores de marcas como Ala, Skip, Hellmann's, Vivere, Dove, Axe, Pond's, Lux y Knorr, entre otras. Y también a sus carteras de clientes.