Las voces comienzan a enlazarse y a tejer melodías. Traman sueños y, así, se van uniendo personas y lugares y memorias... Memorias de 30 años de andar cantando. De eso están construidas estas tres décadas del Coro de la Universidad Nacional del Litoral: de andar, de cantar y de llegar lejos con el eco de las muchas voces que se hacen una en el camino compartido.

El coro de la UNL surgió en 1975, en el Instituto Superior de Música, como continuidad de una tradición coral universitaria que se inició en la Facultad de Ingeniería Química en 1963 y que se vio interrumpida en el '72. Tres años más tarde se formó este nuevo grupo, que ya no es el coro de una facultad, sino de la universidad.

Sin embargo, las circunstancias políticas de los años '75 y '76, que desencadenaron en la dictadura militar, hicieron que el coro estuviera durante quince años fuera de la Universidad. Se denominó, entonces, Coro Universitario Independiente, por decisión de sus integrantes, quienes pensaban volver en un futuro no muy lejano a funcionar como parte de la casa de altos estudios. Eso se concretó recién en el año 1989, cuando el rector Juan Carlos Hidalgo determinó que la agrupación vocal volviera a pertenecer a la UNL.

Jorge Céspedes empezó a dirigirlo en el año '76 -cuando ya era Coro Universitario Independiente- y desde entonces continúa a cargo de este elenco, que a lo largo de estos treinta años tuvo la posibilidad de andar cantando por los más diversos lugares. Realizó tres viajes a Europa (en el '89, el '94 y el '99) y a Brasil (en el 2001).

"Cada viaje al exterior supone un esfuerzo adicional y por eso se lo destaca como cosa importante. Pero todo lo que se hizo acá en el país no es menos trascendente", aclara el director. De allí que el grupo tiene un vasto camino recorrido en la Argentina. Participó a lo largo de ocho años seguidos en los encuentros corales de verano en Villa Gesell, fue a Mendoza para cantar con la orquesta sinfónica, a Córdoba, a Entre Ríos, a Buenos Aires, a La Plata...

"Si tengo que citar un acontecimiento importante, fue en el último viaje a Europa: haber cantado en Berlín, en Venecia y en Roma la Misa Criolla dentro de las celebraciones religiosas -señala Céspedes-. Lo destaco porque la mayoría de nuestros integrantes no conoce idiomas o esos idiomas, lo que implica estar muy a la expectativa con el rito y respecto de en qué momento empezar a cantar. Fueron acontecimientos muy importantes, al igual que, en el mismo viaje, la participación que tuvimos en la audiencia papal de los miércoles. Fue el miércoles 13 de 1999, con Juan Pablo II. Para nosotros, fue trascendente".

Dos espectáculos marcaron particularmente al coro en estos treinta años de historia, y están frescos en la memoria del público que lo sigue: "Prohibido olvidar" y "Mercado.com". Ambos fueron emprendimientos multimedia, que incluyeron lenguajes como danza y video, y que contaron con la participación de una gran cantidad de gente, no sólo del grupo, sino personalidades que se sumaron especialmente para esos proyectos.

"Prohibido olvidar" se estrenó en 1996, instaurado como el "año de la memoria" con referencia al vigésimo aniversario del golpe militar del '76. El propósito del espectáculo era recrear, a través de la música, el canto, "con dolor, nostalgia, alegría y valentía", las dos últimas décadas del país. La pretenciosa intención no era sólo recordar, sino proponer un ejercicio de comprensión del presente en clave histórica, para encarar el futuro.

La obra incluía las más variadas expresiones artísticas, hasta el humor con la participación de Musicanthropus, imagen en video y un final con murga incluida. Se presentó durante tres años y convocó a más de diez mil personas.

"Mercado.com" lo superó con casi cincuenta presentaciones y unos quince mil espectadores. Jorge asegura que "son hitos muy importantes para remarcar. También estamos pensando en reponer, aún no sabemos en qué momento, `La creación de Hyde', una obra fantástica que hicimos en el '89 y que me gustaría volver a presentar".

El coro de la UNL es reconocido por el carácter popular de su repertorio. Sin embargo, divulga música de todas las épocas y los estilos, y quiere reivindicar este aspecto de su identidad. En este sentido, Jorge Céspedes propone reflexionar sobre lo que ha pasado en el mundo coral en los últimos treinta años.

Cuando el grupo empezó en 1975, todos los coros tenían una escasa proporción de música popular en su repertorio y la que había mostraba arreglos que eran muy pobres musicalmente. "Creo que el tema de Malvinas en el '82 y la restauración democrática en el '83 fueron bisagras muy importantes que provocaron una introspección de la música popular no sólo argentina, sino latinoamericana. Se comenzaron a ver los grandes poetas, imagino que por una necesidad de contar con vuelo literario las cosas, las cotidianeidades, los problemas, los sufrimientos de nuestros pueblos; pasa un poco por ahí", opina Jorge.

No obstante, cuando puede y las circunstancias lo permiten, el coro interpreta música erudita o clásica. En los últimos tiempos presentó muchos sinfónicos corales, conciertos con la Orquesta Sinfónica Provincial y compositores como Haydn, Mozart y Beethoven, que tienen pensado repetir en un futuro inmediato.

"Por ejemplo, una contradicción: el coro está posicionado o reconocido como cultor de la música popular, pero en el año '96 ganamos un concurso provincial de coros en la categoría `Música erudita', haciendo Brahms, Mendelssohn, di Lasso... los grandes", recuerda Céspedes.

Él asegura que el coro tiene que ser abierto en este sentido por dos razones, "porque me gusta que sea así y también porque se trata de un coro universitario, que representa a la Universidad y que, en la medida en que lo pueda hacer bien, debe tener un abanico amplio en cuanto al criterio estético de la elección de un repertorio".

En este momento, el Coro Universitario está conformado por ochenta personas. Es un grupo numeroso. Pero su director aclara que llegaron a ser 120 integrantes, y asegura que le gusta trabajar en estas condiciones, fundamentalmente porque le permiten encarar proyectos que requieren muchos coristas y, a su vez, otros, para los que pueda buscar y seleccionar un grupo de cámara más reducido y que suene mejor. Da múltiples posibilidades.

A través de su larga trayectoria, el coro se ha caracterizado por realizar actividades de servicio que lo han llevado a escuelas, hospitales, cárceles, vecinales, y otros públicos que no tienen la posibilidad de escuchar habitualmente un espectáculo de estas características. Jorge Céspedes considera que esto "tiene que ver en parte con la forma de ser que tenemos todos los integrantes del coro. Algunos pueden decir: `porque la cabeza...', sí, pero la cabeza no es nada si el cuerpo no acompaña. De modo que estamos juntos en esta idea de asistir a los acontecimientos sociales adonde se nos convoque. Incluso buscamos lugares nosotros mismos, aun cuando muchas veces las condiciones para cantar no son las óptimas; pienso que vale mucho más el hecho en sí. Esto sigue siendo un punto que intentamos mantener. Lo digo porque años atrás éramos mucho más convocados por las instituciones para hacer este tipo de cosas y ahora debemos buscar nosotros la posibilidad de ir. Puede ser por un problema dirigencial o quizás se piensa que un coro le va a resultar aburrido a un barrio... En el caso concreto de las cárceles, muchas veces, trabajando con Pastoral Carcelaria nos encontramos con limitaciones para poder entrar con un grupo numeroso", ejemplificó Jorge.

Lo cierto es que, con su historia cercana, con los éxitos que todavía resuenan y con la sensación de saberse parte de un proyecto que tiene como protagonistas a la música y al compromiso con la sociedad, este coro celebra sus treinta años. Toda una vida andada y cantada, que aún reconoce caminos por recorrer.

Además del Encuentro Internacional de Coros que tuvo lugar recientemente en la ciudad, para continuar con los festejos de las tres décadas de la agrupación, se han previsto una serie de espectáculos.