Desarrolladas por la Comisión Nacional de Energía Atómica

Moscas nucleares combaten una plaga

Cítricos, ciruelas y duraznos se cuentan entre las víctimas de la mosca de la fruta, que genera grandes pérdidas económicas. Foto: Archivo El Litoral. 

Batallones de "moscas nucleares" alistadas en nuestro país para combatir la temida plaga de sus congéneres de la fruta, demuestran que el sector atómico no sólo vive de la venta de reactores o radioisótopos medicinales.

"Las `moscas nucleares' son machos estériles que al copular impiden la procreación y ayudan a exterminar la especie", dijo a la AFP el científico Darío Jinchuk, de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

La "mosca de la fruta" se aparea una sola vez en la vida y al ser irradiada con Cobalto 60 pierde capacidad de reproducirse, explicó Jinchuk, jefe de la oficina de relaciones externas de la CNEA.

La plaga de la fruta provoca fabulosas pérdidas, que alcanzarían a los 800 millones de dólares anuales sólo en Estados Unidos, si lograse propagarse en ese país, según la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación).

"Argentina vende moscas irradiadas a la región española de Valencia", reveló la ingeniera Mónica Spinetta de Ruiz, coordinadora del Programa Nacional de Control y Erradicación de este azote frutícola.

Otras fases experimentales del proceso han sido llevadas a Brasil e Israel.

Una planta de irradiación de las moscas funciona en la provincia de Mendoza (oeste) y otra en San Juan (oeste) para la protección de cultivos de cítricos, duraznos, ciruelas y damascos, entre otras frutas.

Jinchuk admitió que no son tantas las divisas que generan estas exportaciones, pero destacó que el país mantiene su potencial en el campo nuclear, uno de los pocos que se salvó del naufragio del Estado y la economía en los años 80 y 90.

"Argentina es el tercer exportador mundial de Cobalto 60, detrás de Canadá y Rusia", reveló.

Vuelan lejos

Algunos de los destinos de las ventas de Cobalto 60 y otros productos de medicina nuclear son Bolivia, Brasil, China, Colombia, Cuba, Egipto, Gran Bretaña, India, Siria y Uruguay.

La empresa estatal INVAP (investigación nuclear aplicada), con sede en Bariloche (sur), es una de las líderes en ventas externas y aportó 55 de los 65 millones de dólares que la nación sudamericana exportó en 2004.

Los técnicos argentinos del INVAP le están construyendo a Australia un reactor de investigación, que produce neutrones y no energía eléctrica, tras vencer en una licitación internacional a Alemania, Canadá y Francia.

Empresas satélites de la CNEA exportan combustibles nucleares y titanio, material clave para la industria aeronáutica.

Jinchuk destacó que el precio de una exportación de combustible nuclear, a 4.200 dólares el kilo, le gana por varios cuerpos en la comparación a la soja (260 dólares la tonelada), al petróleo (56 dólares el barril) y la carne de novillo en pie (0,56 dólares el kilo).

El INVAP le construyó otro reactor por licitación a Egipto, pero también estuvo a punto de venderle tecnología nuclear a Irán a comienzos de los años 90, operación frenada por Estados Unidos por temor a que el uso no fuese pacífico.

Agua pesada, que contiene uranio, y otros materiales han sido vendidos a Argelia, Alemania, Bélgica, Corea del Sur, Egipto, Francia, India, Rumania, Noruega, Perú, Turquía y EE.UU.

Argentina fue el primer país latinoamericano en desarrollar la energía nuclear, pero no hubo indicios hasta el momento de que intentase usarla con fines no pacíficos.

Se ha embarcado, en cambio, en otras guerras, como la declarada contra la mosca frutícola, al producir por semana 120 millones de insectos irradiados, antes de desplegar sus batallones en los campos.

Por Daniel Merolla (AFP)