Escritores locales rescatan autores "injustamente olvidados"
Por Adriana Crolla

El libro "Aquerenciado rubí" es el corolario de un ciclo de encuentros literarios en los que autores santafesinos propiciaron el rescate de autores "injustamente olvidados" o hicieron visible sus paradigmas de lectura a partir de la indagación de la obra de escritores que por diferentes y a veces misteriosas razones han "impresionado" (y me apropio del término para jugar con su doble semántica: como huella tangible y como intangible sugestión) sus experiencias lectoras.

La explicación que Oscar Agú nos brinda es por demás elocuente. "¿Por qué elegí a Mastronardi? Para justificar mi elección me quedaré con la impresión primera: cuando leí un poema de Mastronardi, me gustó". Así de simple e intemporal la epifanía de la lectura. En la mirada de Agú, un crisol de datos biobibliográficos, de textos críticos de otros y epistolares del poeta entrerriano, pero, y especialmente, el goce de su palabra poética, es presentada por el leedor con humilde reverencia.

Beatriz Bolsi rescata a Luis Gudiño Kramer, rechazando de plano posturas interpretativas que condicionaron la obra de Gudiño Kramer a una estética de sesgo localista o costumbrista. La escritora-leedora elige partir de la elección de problemas-ejes que considera organizan el universo textual del autor elegido y que funcionan como operación semantizadora de la realidad. Junto a una clara postura de compromiso social lo posicionan, dice, como cronista de opinión de una época de trascendentes transformaciones en nuestro país.

Belkis Larcher de Tejeda, coordinadora del ciclo y prologuista del libro, eligió las posibles notas de erotismo místico en la poesía de Delmira Agustini. Instalándola en la genealogía inaugurada por Safo, reconoce en la palabra de la escritora uruguaya imágenes de originalidad primigenia y atrevida, tanto en el plano del erotismo como de la moral al propiciar una ruptura del pudor secular que la cultura patriarcal y masculina impuso a la voz femenina. En su lectura, Larcher propone saltar las barreras de las lecturas coyunturales para ligarla a una corriente mística medieval heterodoxa y desde los postulados agustinianos preguntarse si no es posible leerla desde una mística del amor carnal que pueda explicar sus particulares notas de voluptuosidad y escepticismo.

A partir del análisis metaficcional de sus propios imaginarios femeninos, los que Norma Battú ha ficcionalizado en las protagonistas de sus cuatro libros, su propuesta bucea en los orígenes de esos caracteres esenciales que visualiza como hilo conductor de una idiosincrasia común: la inmigrante radicada en la pampa gringa santafesina. La reseña de nueve de esos caracteres y las referencias literarias que se lograron trabajando el material recibido por tradición oral, nos adentra en un riquísimo patrimonio cultural en el que la presencia femenina se constituye en bastión de insoslayable valor para "leer e interpretar" nuestro entramado cultural y la forma cómo, desde el sesgo del universo femenino, la tensión "colonización-redes sociales" contribuyó en la construcción de modalidades que definen los rasgos específicos de la sociedad santafesina actual.

Danilo Doyharzábal propone un rastreo de los tópicos del amor y la muerte en su propia producción poética, en donde gusta reconocerse e instaurar su personal recuperación. Un recorrido por la memoria de vivencias familiares y vitales sobre la experiencia de la muerte le permite afirmar que, a pesar de la utopía del nonno para quien la forma de conjurar la muerte era negarla, él decide asumir la ineluctabilidad del fin convocándolo en su propia poesía. La poesía como bálsamo o como posibilidad de trascendencia.

Beatriz Actis hace confluir en su lectura a tres escritores locales: Diego Oxley, Gudiño Kramer y Chizzini Melo como oponentes a una estética del silencio. En la escritura de Oxley, analiza la monotonía espacial y el presente perpetuo en que se ubican los personajes. La interrelación palabra-silencio y los recursos de vacío narrativo suspenden el tiempo y el decir para poner de relieve lo indicial y elíptico como marcas generadoras del relato. La referencialidad constante al paisaje regional entronca la obra de Chizzini Melo con estéticas cercanas al realismo social, pero, destaca Actis, la recuperación de espacios ligados a la infancia como paraíso perdido y el recurso de la autobiografía dan tintes personales a su escritura. La preferencia, dentro de los temas de exclusión social, por la orfandad de la infancia costera y la descripción pormenorizada del paisaje autóctono, se suman al importante trabajo sobre la oralidad y el sociolecto que particulariza su estilo. Finalmente, en Gudiño Kramer, la crítica social y la perspectiva antropológica justifican el marco epistemológico de una escritura no inocente e interpelante a una toma de posición frente a la injusticia y la marginación.

Julio Luis Gómez rescata la imposible-posibilidad significacional de la poesía y de la vida, desde el título y subtítulo de un poema de Vecchioli que "canta" el mito amoroso y fundacional de un hombre y una colectividad en honor de la tierra que los cobija: Rafaela y del sueño de Guillermo Lehmann y de sus gringos laboriosos en la gesta del surco y la semilla que se celebra en la memoria agradecida del poeta. El amoroso recorrido por los catorce estadios del texto de Vecchioli que nos propone Gómez, ilumina los matices de las agónicas y numinosas experiencias de la epopeya colonizadora con la intención de que la palabra, la poética del autor convocado y la de la lectura que la interpreta, oficie de celebrante y conjure el olvido del pueblo ante una deuda perpetuamente incumplida.

Por último, Elda Sotti de González prefirió recuperar la pregnancia del paisaje litoral en nuestra literatura local. El paisaje litoral se configura y adensa en las recurrencias y citas de versos de notables escritores locales como son Julio Migno, Beatriz Vallejos, Mateo Booz, Diego Oxley, Susana Valenti y César Edgardo Bisso. En ellos, afirma la autora, el ámbito costero se constituye en el espacio ideal para provocar el estímulo que desencadena la imaginación a partir de un profundo y sentido encuentro con la naturaleza y la identidad vital.

(Fragmentos de la presentación organizada por la Asde el 13 de junio ppdo.).