Miles de jóvenes eligen sedas y turbantes para bodas hindúes

EFE

Miles de futuras novias y novios se prueban en Nueva Delhi pomposos turbantes, hermosos saris de sedas bordadas, relumbrantes collares de oro, anillos de enormes diamantes y demás detalles que no pueden faltar en una de las suntuosas bodas hindúes.

Jóvenes entusiasmados recorren estos días con sus familias la feria "Celebrating Vivaha" (Celebrando una Boda), que acoge uno de los más lujosos hoteles de la capital india, donde recorren inquietos los expositores que exhiben todo lo necesario para celebrar un enlace por todo lo alto.

Las más bellas invitaciones de boda al estilo tradicional, metros y metros de sensuales sedas, cojines profusamente bordados, lámparas de ensueño, muebles de lujo, relojes suizos de la gama más alta, diamantes, rubíes, enormes piezas de oro elaboradas con técnicas de la época de los mongoles, bombones al estilo europeo...todo tiene cabida en una boda hindú.

La feria es una gran fiesta del color donde las joyas de Jaipur, las sedas de Benarés y los bordados de Rajastán se mezclan con candelabros de oro, arreglos florales que son auténticas obras de arte, enormes fuentes de mármol y figuras que representan a deidades hindúes, como el Ganesh gigante, el dios elefante que trae buena suerte, fabricado por la empresa española Soher.

En las stands, varios expertos se esfuerzan en enseñar a las futuras novias a encontrar el maquillaje más adecuado o arreglar las flores de la forma más hermosa, mientras las firmas de moda exhiben las mejores creaciones de los diseñadores indios.

Multinacional

Además, este año la feria incluye una presencia sorprendente, la de la multinacional farmacéutica Glazo Smithkline, que promociona en el evento sus píldoras anticonceptivas, toda una novedad en un país en el que la natalidad es de más de tres hijos por mujer y hablar de métodos anticonceptivos es tabú.

Junto a los puestos profusamente adornados, hay otros prácticamente vacíos, pero no por ello menos visitados: los de los organizadores de bodas, que se encargan de diseñar el enlace de "tus sueños".

La decoración con hena en las manos, invitaciones, iluminación, músicos, maquillaje, fuegos artificiales, juegos para los niños, flores, coreografía, regalos.... cualquier cosa para entretener a cientos de invitados durante los tres o cuatro días que suelen durar las celebraciones.

"Nos hacemos cargo absolutamente de todo" indica Rashi, que trabaja para una de estas empresas, y añade que las bodas suelen costar entre 12.000 y 35.000 dólares, una cifra del todo desorbitada en un país donde se calcula que más de un 44 por ciento de la población vive con menos de un dólar al día.

Pero incluso para los menos favorecidos, una boda es un evento trascendente y muchos se endeudan con prestamistas para poder financiar el casamiento de sus hijas, ya que es la familia de la novia la que debe costear la celebración.

En la mayoría de esponsales hindúes el novio, ataviado con turbante, una kurta (camisola tradicional hasta debajo de la rodilla) blanca o burdeos con bordados y la cara cubierta de flores, acude al lugar montado en un caballo blanco al que rodean músicos y "porteadores" con lámparas además de sus familiares y allegados, elegantemente ataviados.

Algunas novias aún acuden a la ceremonia en un palanquín cerrado, llevado a hombros por los hombres de su familia y, aunque ya no visten obligatoriamente el tradicional sari rojo bordado, que hoy en día puede ser de cualquier otro color, se mantiene la decoración de las manos, la profusión de joyas y las flores en el cabello.

El hecho de que en la práctica la totalidad de los enlaces sean concertados no resta ni un ápice de ilusión a los novios, que en muchos casos, apenas se conocen.

Preeti Kumar, una muchacha de 23 años que visita la feria ilusionada eligiendo tonos, texturas y estilos para su boda, que celebrará en septiembre, ha visto en muy pocas ocasiones a su futuro marido, que han elegido sus padres.

Pero sonríe con entusiasmo al contar cómo quiere que sea su vestido y le brillan los ojos cuando describe la ceremonia, tantas veces soñada, de la que será la protagonista.