Con 27 años de edad asumió la Subsecretaría de Control de la Municipalidad, un área que exige dedicación full time según definió el propio intendente Martín Balbarrey cuando anunció el perfil de funcionario que buscaba para cubrir el cargo. Aceptar el convite le significó a Norberto Berlanga, joven abogado de la ciudad, dejar en suspenso la actividad privada, restringir la vida social, dormir el mínimo de horas y mirar a los boliches desde otro ángulo: antes iba a bailar y ahora los controla.

"La noche me consume gran parte del tiempo, no sólo en el control a boliches -tema que adquirió un fuerte protagonismo luego de la tragedia de Cromagnon- sino también en Tránsito. Y las cosas siempre funcionan mejor si el subsecretario está detrás de cada operativo". En ese criterio reconoce la "cultura" que fue creando su antecesor y actual secretario Julio Basabilbaso "que le trajo buenos resultados porque aumentó el control, la efectividad de los inspectores y ayudó para que las cosas empiecen a funcionar un poco mejor después de un año y medio en que esa subsecretaría no tenía a nadie a cargo".

"Es un trabajo totalmente distinto al que venía haciendo", apunta en diálogo con este diario. Y la diferencia no es sólo geográfica: "la actividad privada tiene otro color. Uno está acostumbrado a accionar de otra manera. Como abogado defiendo los intereses privados de un particular individual que es diferente de tratar de defenderlos de la comunidad en general". Y confiesa que en la órbita pública es más difícil conformar a todos.

"A lo mejor la comunidad no entiende en un primer momento las decisiones pero hay que tratar de consolidar esa solución que, a la larga, probablemente va a ser la mejor para todos", resumió.

Con todo, admite que ser abogado le permite analizar en profundidad las normas y su interpretación, y en este punto considera que "a veces son de difícil aplicación porque no se ajustan a la realidad", cuestión que también se está analizando.

En una función operativa, el tiempo y los recursos son siempre escasos: "los problemas siempre exigen rapidez y lidiar con la burocracia es complicado", opinó sobre el primer problema. Y sobre el segundo consideró que "toda erogación implica dejar otra área sin cubrir".

Como sea, desde el 26 de julio, a la ciudad la ve "de otra manera". "Mucho más problemática -resumió-, porque cuando uno no está en la actividad pública no se compenetra o no adquiere la misma dimensión que cuando está en el cargo. Vemos las calles y decimos por qué no lo arreglan. Y cuando estás de este lado y tenés idea de cuanto cuestan las cosas y conseguir recursos, se abre una visión diferente".

De la subsecretaría a su cargo dependen Tránsito, Control y Habilitación. La prioridad en la primera es mejorar la circulación vehicular en el centro, particularmente en razón de los problemas que viene generando la repavimentación de avenidas y calles principales, tarea que en pocos días más se trasladará a las paralelas 25 de Mayo, San Martín, San Jerónimo, 9 de Julio y demás. Otro objetivo es hacer cumplir la reglamentación a los carros.

En Control la preocupación es "mejorar la noche, el cumplimiento de ordenanzas en boliches para que se respeten las capacidades y se cumplan normas de seguridad". Y en Habilitación el foco está puesto en el respeto de la ordenanza de cartelería.

Desde principios de semana deberá controlar además que los partidos políticos cumplan el compromiso de limpiar la ciudad de la propaganda que precedió a las elecciones internas. "Tienen un plazo de diez días, de lo contrario la Municipalidad los va a retirar a costo de los partidos y les impondrá las sanciones que correspondan", recordó.

¿Qué pidió al asumir? "Paciencia y la mayor cantidad de recursos que en la Subsecretaría hacen falta en forma urgente". Y garantizó que "todos los gastos son recuperables".

Con el secretario de Servicios Públicos Julio Basabilbaso está en estudio un proyecto que pretende aprovechar de mejor manera los recursos humanos y materiales de la repartición. Se trata de lograr que el inspector amplíe su capacidad de control en la vía pública, y aumentar su presencia y su accionar en la calle. Por ejemplo, el inspector de tránsito podría actuar si observa que un vecino arroja basura fuera de horario y viceversa. "La capacidad de control se podría duplicar", confió Norberto Berlanga.