En el Senado de la Nación
Aconsejaron la remoción de Branda por insolvencia moral
El vicepresidente Daniel Scioli, con su voto, movió la balanza en contra del ex senador. Dos legisladores impulsaban su suspensión hasta que terminara la causa

La comisión bicameral del Congreso que evaluó la conducta del director del Banco Central, Ricardo Branda, a partir de su procesamiento en la causa del pago de coimas en el Senado, resolvió aconsejarle al Poder Ejecutivo la destitución del funcionario, por considerar que presenta "insolvencia moral" para continuar al frente de su puesto en la entidad financiera.

Los miembros de la comisión votaron de manera dividida: a favor de la destitución se pronunciaron el senador Jorge Capitanich y el diputado Carlos Snopek. En contra, lo hicieron el senador pampeano Rubén Marín, y el diputado bonaerense Rodolfo Frigeri. El titular del Senado, Daniel Scioli fue el encargado de equilibrar la balanza a favor de la remoción de Branda.

Frigeri y Marín intentaron impulsar su dictamen a favor de la suspensión del funcionario hasta tanto se resolviera la causa judicial, pero esa alternativa no figuraba entre las variantes contempladas en el reglamento de la entidad bancaria, de modo que estaba destinada a naufragar.

Este pronunciamiento no es vinculante. Sin embargo, la opinión de ese cuerpo fue solicitada por el presidente Néstor Kirchner el 5 de agosto, en virtud del artículo 9 de la Carta Orgánica del Banco Central, como paso previo a la toma de una decisión definitiva.

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El caso

El destino de Branda quedó sellado el 2 de agosto, día en que el juez federal Daniel Rafecas dictó el procesamiento de nueve ex funcionarios y ex senadores presuntamente involucrados en el pago y el cobro de coimas para destrabar la sanción de la ley de Reforma Laboral, durante la gestión presidencial de Fernando De la Rúa.

En esa resolución, el ex senador es mencionado como uno de los posibles receptores de los 4.300.000 pesos que el arrepentido Mario Pontaquarto entregó en el departamento de otro legislador, Emilio Cantarero, ya que existen registros de llamadas telefónicas realizadas desde su celular al domicilio de su colega salteño el día en que se trató la polémica ley. Además, Rafecas tuvo en cuenta para disponer su procesamiento, el cambio de voto protagonizado por Branda a último momento y su posición estratégica en la estructura de conducción de la Cámara Alta, ya que era el titular de la comisión de Legislación General.

Hasta ese momento, Branda no aparecía seriamente comprometido en la causa de los sobornos. Sin embargo, el hecho de que fuera el único de los procesados que seguía en la función pública, obligó a que todas las miradas se posaran en él, sobre todo la del presidente Kirchner, quien dispuso que se habilitara en el Parlamento el proceso para su destitución, cuyo primer paso quedó cerrado ayer.

Una intromisión

El vicepresidente segundo del Banco Central, Ricardo Branda, procesado en la causa de las presuntas coimas en el Senado, acusó hoy al presidente Néstor Kirchner de haber "presionado" al Congreso para lograr su destitución de ese cargo.

"Yo creo que ésta es una clásica intromisión del Poder Ejecutivo", advirtió el ex senador peronista, quien está a un paso de ser destituido de esa entidad bancaria.

Para Branda, ésta es una situación de extrema "gravedad institucional porque -denunció- estamos frente a una manipulación de la integración de la conducción del Banco Central para presionar así sobre sus decisiones".

"No voy a decir que el presidente no sea un hombre democrático, fue ungido por el voto popular, pero sí que tiene una tendencia a avanzar sobre los otros poderes", arremetió.

En declaraciones periodísticas, Branda remarcó: "Estamos creando una gran ocasión para que el poder político avance sobre una institución que es el Banco Central, que tiene autonomía política y que reporta solamente al Congreso". Dijo, además, no haberle sorprendido la resolución del cuerpo parlamentario en su contra porque, señaló, fue muy grande "la presión política que sufrió esta comisión".

El ex legislador peronista fue procesado por el juez federal Daniel Rafecas y ahora corresponderá a la Cámara confirmar el procesamiento de Branda y de otros ex colegas y ex funcionarios en la misma situación.

ANALISIS

Por Julia Izumi

Un destino sellado

Difícilmente la Comisión Bicameral encargada de evaluar la conducta de los funcionarios del Banco Central le hubiese aconsejado al presidente Néstor Kirchner otra medida que la destitución del senador Ricardo Branda. El pedido del Poder Ejecutivo a los legisladores para que se pronunciaran sobre la delicada cuestión llevaba implícito el deseo de separar al formoseño de su cargo en el directorio del Banco Central, de modo que la bicameral de ninguna manera podía dejar pasar ese detalle.

Además, la danza de nombres que comenzó a circular esta semana a través de versiones difundidas por los medios, daba cuenta de un destino sellado para el formoseño quien llegó al directorio del Central de la mano del ex presidente Eduardo Duhalde, hoy enfrentado electoralmente a Kirchner.

Este hecho, es decir, la identificación de Branda con el duhaldismo en un contexto de fuerte disputa electoral, sumado al enorme peso simbólico que contiene la causa del pago de sobornos en el Senado para el gobierno, y al dato insoslayable de que el formoseño formaba parte del directorio de la entidad que controla la gestión económica, dejaron la puerta abierta a una oportunidad que Kirchner estaba necesitando: la de colocar un hombre suyo en el estratégico directorio del Central, hoy controlado por un hombre del riñón de Roberto Lavagna, como lo es Martín Redrado.

La decisión adoptada ayer por la bicameral acelerará el proceso de reemplazos, ya que anoche se consideraba inminente el pronunciamiento de Kirchner. Hasta ayer, la danza de nombres incluía a un hombre del ministro de Planificación, Julio de Vido, como Eduardo Curia, el pingüino Francisco Larcher, hoy número dos de la Side, y el economista Roberto Frenkel, ex compañero de Lavagna en la secretaría de Industria.

CMI