Actualmente es del 22% del PBI

La recaudación alcanzó el nivel más alto desde 1995

El ingreso del IVA, que se da por el consumo de la gente, sólo reflejó una leve suba. Foto: Guillermo Di Salvatore. 

El crecimiento económico, sumado al mayor ingreso por Ganancias, generaron una suba de forma constante. Incidencia de los impuestos denominados distorsivos.

Al hacer un análisis de lo que sucedió en estos últimos años, se observa que la recaudación impositiva se encuentra en su nivel más alto, a raíz del fuerte crecimiento económico, la recaudación de impuestos considerados distorsivos que son difíciles de evadir y una mayor percepción de riesgo para evadir que se da como consecuencia de la gestión que desarrolla la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip).

Según informe de la Afip, la relación entre la recaudación tributaria y el PBI (forma de medir la presión impositiva) se encuentra en el 22%, frente al 16% registrado una década atrás. En el impuesto a las ganancias, la presión se duplicó en ese período, del 2,42 al 4,98%, pero creció muy poco en el impuesto al valor agregado (IVA): del 7,22 al 7,43% del PBI, según se destacó hoy en el diario La Nación.

Al respecto, se hizo hincapié en la incidencia que tuvo Ganancias en el aumento de la recaudación: en 2000 aportaba un 3,7% del PBI; en 2001, el 3,8%; en 2002 bajó al 2,9%; se recuperó en 2003 (3,9%), y llegó a casi 5% en el ejercicio fiscal de 2004.

Esta misma tendencia se refleja en el caso de ganancias de personas físicas. En 2002 hubo 800.596 presentaciones, con un impuesto determinado en $ 2.608 millones, mientras que dos años más tarde los números se elevaban a 847.384 declaraciones juradas y 4107 millones recaudados, respectivamente. En el caso de las ganancias de sociedades, las presentaciones pasaron de 50.679 en 2002 a 62.369 en 2004, mientras que en bienes personales fueron de 434.444 a 550.598 en el mismo período.

Crecimiento sostenido

Tanto el monotributo, el impuesto al cheque como las retenciones reflejaron un incremento sostenido. El primero, obtuvo un importante aumento al pasar de 555.716 contribuyentes en 2000 a 993.115 en el primer semestre de este año.

Mientras que el denominado impuesto al cheque pasó del 1,09% del PBI en 2001, cuando fue creado por Domingo Cavallo, al 1,72% en la actualidad; y las retenciones aumentaron del 0,02 al 2,29% en el mismo período; la seguridad social exhibió una caída, pasando del 6,45% en 1995 al 3,12% en 2004.

Ante este escenario, el administrador de la Afip, Alberto Abad, aclaró que el mayor impulso para la recaudación es el fuerte aumento de la actividad económica, que se ve reflejado en la evolución del IVA que pasó del 8,2% del PBI en 1995 al 9,3% en la actualidad.

Para Abad, los impuestos más cuestionados por el sector privado como el impuesto al cheque y las retenciones, también manifestaron una importante incidencia.

Lo que hay que hacer

Por otro lado, Abad detalló que es necesario reducir la elevada evasión que persiste en la Argentina, el empleo en negro, las fallas en Ganancias, la elevada alícuota en el impuesto al cheque y los problemas que existen para aplicar los precios de transferencia que permitan controlar las operaciones off shore de las empresas.

En este sentido, resaltó que "Uruguay es un cuasi paraíso fiscal", debido al alto porcentaje de transferencias realizadas por medio del país vecino con el objetivo de eludir el pago de impuestos.

Para Abad, "la zona de riesgo creció y hay algo más de respeto a la Afip". Además, "este organismo tiene fondos y creo que los usa bien", expresó el funcionario.

Al referirse

a los derechos de exportación, Abad rechazó que sean distorsivos, tal como lo sostiene la mayoría de las empresas y de los analistas privados, ya que "se trata de un impuesto que si no estuviera daría lugar a un mayor pago de Ganancias. Lo que cobramos por las retenciones dejamos de recibirlo por Ganancias", destacó, a pesar del reclamo concretado por las entidades del campo, entre otras, por reducir esta alícuota impositiva.

Un informe

del Grupo Sophia y el Cippec reveló que los argentinos deben trabajar 65 días hábiles para cumplir con sus obligaciones impositivas. Teniendo en cuenta sólo la carga tributaria nacional, deberían trabajar 58 días hábiles. Con niveles similares de presión tributaria se ubica España; por debajo Chile, y por encima Estados Unidos, Australia y Sudáfrica.