No tenga dudas, amigo sabalero. Martino, como alguna vez le pasó a Bielsa con la selección, se quedó sin energías. Y se fue un tipo franco, sincero y, creo no equivocarme, un técnico con un futuro promisorio, a pesar de este paso con visos de fracaso que tuvo en Colón, sobre todo por lo que pasó en el comienzo de este campeonato.

El "Tata" habló de fracaso. Y dijo que había trabajado mal. Pero no creo que la exclusiva responsabilidad (porque Martino tiene parte de ella) pase por el técnico, a pesar de que acaban -los entrenadores- por ser los fusibles que saltan ante una debacle futbolística. Jugadores y dirigentes también son parte de una realidad, cuando ésta no se concreta en la medida de lo que se desea.

Ahora, el hincha (todos, en realidad) esperan hacia dónde desviará el "proyecto" de los dirigentes. El presidente Darrás, en aquella conferencia de prensa en la que respaldó el trabajo de Martino, habló de un "apoyo irrestricto a un proyecto". Pues bien, se estima que en la previsión dirigencial habrá estado la posibilidad de que los resultados no se le dieran a Martino y se tuviera que ir. Por eso, mantener ese "proyecto" forma parte de la gran responsabilidad que hoy tiene la dirigencia. Y también el punto de partida para el análisis y la toma de decisión respecto del futuro entrenador del plantel.

En medio de esta realidad, está Mario Sciacqua (hoy técnico interino) y el partido de mañana ante Banfield. ¿Se puede definir la permanencia de un técnico por lo que se rinda en 90 minutos? Se me ocurre que un proyecto serio no contemplaría, de ninguna manera, una cuestión semejante. Aunque el fútbol argentino ya ha dado muestras contundentes de que un partido (o un resultado, en todo caso) puede más que mil ideas o palabras. Y así están muchos clubes, deambulando sin saber cuál es el rumbo deportivo.

Sciacqua asume la conducción de un equipo pinchado anímicamente. Lógica consecuencia de la falta de convicción del "Tata" para quedarse y seguir peleándola desde adentro. Por eso, el primer gran objetivo de Sciacqua será ése: apelar al tan mentado "inflador anímico" del "Bambino" Veira para afrontar un partido que, de por sí, es muy complicado.

En La Nación del jueves, leía una nota a Madero y Marangoni en la que ambos coincidían en que "lo espiritual, lo anímico de un jugador o un plantel, también se entrena". Nada más adecuado para este momento de Colón, que más allá de necesitar respuestas futbolísticas en algunos jugadores que no encuentran el rumbo, precisa más que nunca levantar el espíritu.

Pero volviendo a Sciacqua. Antes de subirse al micro para viajar a Buenos Aires, el técnico interino fue muy claro: "Yo sé que dirijo este partido y luego retorno a mi lugar en las inferiores". ¿Abrió el paraguas? No, en todo caso tiene en claro cómo es la situación y no se ilusiona. De todos modos, sería muy ingrato que los dirigentes esperen a ver qué pasa con el equipo para decidir su futuro en tal o cual lugar dentro del club. Hablaría de una falta de convicción absoluta de la dirigencia, que hoy está, además, preocupada por un promedio que se ha caído a pedazos en los últimos tiempos, producto de los malos resultados.

La permanencia de Sciacqua o la venida de un técnico de mayor experiencia debe ser una decisión analizada y no volcada al azar de un resultado (el de mañana). Por eso, soy un convencido de que a este momento de Colón se lo revierte adentro (con resultados) y también afuera, con una decisión responsable de los dirigentes.

Fue el sábado 26 de julio del año en que Argentina se consagró campeón del mundo en fútbol por última vez. Era la segunda jornada de la primera rueda del campeonato de primera división "B" y Colón, que venía de igualar en su estadio en un pobre debut ante Guaraní Antonio Franco de Posadas, Misiones (fue un tibio 0 a 0) tenía que visitar a Banfield en cancha del albiverde (como ocurrirá mañana).

La crónica del diario El Litoral describió un día inolvidable para los simpatizantes sabaleros, que vieron el exitosísimo debut en la primera rojinegra de un pibe de rulitos, delantero, que se despachó con tres goles en la tarde banfileña. Ese hombre era Walter Adrián Parodi.

El resultado final del encuentro fue favorable a Colón por 3 a 2 con los tres tantos anotados por el goleador que después se desempeñara (también con mucho suceso) en Deportivo Español, Racing e Independiente. "Con la inspiración de Parodi, Colón "taladró' a Banfield", fue el título de nuestro diario en aquella contratapa del día 27 de julio.

La crónica cuenta que en el primer período de aquel choque, Colón mostró un importante orden en todas sus líneas que le permitió ser un gran cimiento para la potencia goleadora de Parodi, quien ya a los 17 minutos había convertido dos tantos, con una enorme sagacidad para explotar los errores de la defensa rival, y una frialdad envidiable para definir mano a mano con el arquero. El equipo de Ricaro Trigili gobernaba el partido, merced al buen trabajo de toda la defensa. Sin embargo, se fueron al descanso con el encuentro igualado en dos tantos por bando merced a dos errores del fondo sabalero (tal vez los únicos de la etapa).

El segundo tiempo fue distinto. Banfield dominó a voluntad y ya la zaga visitante no se mostraba tan segura. Sólo la excelente actuación del arquero Carnevali hizo que Colón no quedara abajo en el marcador. Y volvió a aparecer el debutante Parodi (también estrenaban Frediani y Hugo Molina), a cinco minutos del final, para darle a los santafesinos algo que no merecían, salvo por la brillante actuación de su novel artillero.

Aquel encuentro fue arbitrado por Aníbal Hay y los equipos alinearon de la siguiente manera: Banfield: Ferrari; Solari, Díaz, Cardozo y Vásquez; Jara, Sassone y Benítez; García, Orte y Hernández. DT: Miguel Celoria.

Colón: Carnevali; Zuttión, Carmona, Belén y Schneider; Godano, Frediani y Molina; Héctor López, Parodi y Gamarra. DT: Ricardo Trigili.

Goles: en el primer tiempo, a los 4 y 17 min Parodi (C), a los 39 Zuttión (C) en contra y a los 44 min. Orte (B); en el segundo tiempo, a los 40 min. Parodi (C). Luego ingresaron Gómez por Zuttión y Javier López por Frediani.

En el segundo tiempo fue expulsado Gamarra en Colón.