La muestra más fierrera

San Vicente vibró con la Finaco

Muchos fierros, mucha gente y buen tiempo coronaron el éxito de la fiesta. Fotos: Campolitoral. 

Una vez más, la Fiesta Nacional de la Cosechadora convocó a una multitud que participó activamente en un evento que evidencia el potencial productivo de la región.

En el comienzo, todos miraban al cielo. Los directivos del club Brown -por primera vez se hicieron cargo de toda la organización del evento-, los integrantes de la comuna, y la gente de San Vicente también. Es que esos espesos nubarrones parecían querer apagar con agua el fervor que despierta este particular encuentro año tras año.

Cuenta la historia que allá por los años ï60, esta localidad inauguró una senda de trabajo ligada a los fierros. Porque por aquel entonces, San Vicente concentraba el 30 % de la fabricación nacional de cosechadoras, a través de las plantas de Senor, Bernardín y Boffelli.

Eran años de adhesión a una idea de desarrollo, en la que la industria metalmecánica jugaba una papel vital, y así lo evidenciaron los entonces presidentes Arturo Frondizi y Arturo Illia, convalidando con su presencia en el lugar, el apoyo político que hoy tantas veces reclama el sector.

Luego llegó la desidia, el olvido y el desdén, y por más de 30 años, los sanvicentinos -como todos los argentinos- debieron soportar los embates de las crisis y sobrevivir a cualquier costo.

La industria metalúrgica argentina dedicada a la fabricación de cosechadoras e implementos agrícolas debió entonces pasar por momentos difíciles, pero basados en la inquebrantable fe de sus fabricantes, y el esfuerzo por mantener viva la esperanza, decidió apostar todo a este camino. Semejante esfuerzo comenzó a dar sus frutos en los últimos años al reactivarse la producción agrícola.

Este año, el mal tiempo del viernes amenazaba con frustrar el evento, pero el sábado amaneció luminoso y los fierros se pusieron en acción.

A lo largo de los dos días, más de 35.000 personas colmaron las instalaciones del predio del club con sus presencia, recorriendo los stands y la imponente maquinaria.

Rondas de negocios

Esta nueva edición puso en marcha la posibilidad de entrar en contacto entre empresarios, industriales y potenciales compradores. En tal sentido, el presidente de la entidad organizadora, Daniel Bianchiotti, señaló que "hemos consultado con todos los expositores y con satisfacción debo señalar que todos están muy contentos, porque han hecho buenas ventas y buenos contactos para ventas futuras. Y esto es lo que más nos importaba, que la ronda de negocios resultara positiva y le sea útil al expositor, pues sus participación en la fiesta tiene como meta principal lograr este tipo de actividad, ya que para intervenir hace falta un esfuerzo muy grande, y lo que todos quieren es mostrar su maquinaria y poder venderla.

El público, como siempre, apreció la muestra como simple curiosidad, pero también hubo una fuerte participación de público especializado, el que demostró un verdadero interés en la maquinaria como herramienta de trabajo".

Para el presidente comunal Gustavo Welschen, la fiesta resultó un nuevo éxito. "Cada localidad muestra lo mejor de sí en estos eventos, y en San Vicente estamos ligados desde siempre a la fabricación de cosechadoras. En cada familia hay alguien que trabaja en esto, y hoy gozamos de una situación de pleno empleo gracias a esta industria, por lo que apostamos todo al éxito de la Finaco", aseguró.

Novedades

Entre las novedades que mostró esta edición de la Fiesta, se destacó la carpa del gourmet, la que trabajó a pleno, con gran cantidad de gente gozando de las degustaciones de las exquisiteces que prepararon los especialistas a lo largo de la muestra.

La elección de la reina fue otro de los momentos más esperados, sobre todo por el público masculino, quien se deslumbró con los ojos de Shirli Zorzón, quien se llevó el trono para Malabrigo, el candor que trajo de Santo Domingo María Gabriela Cantoni, quien fue elegida como primera princesa, y la escultural silueta de Estefanía Gauchat, quien defendió como segunda princesa los colores de San Vicente.

Otro de los atractivos, fue el sorteo del cero kilómetro, atracción que se repite todos los años como una manera de devolver algo a tanto apoyo popular. La afortunada fue María Uriarte, de Díaz, provincia de Santa Fe.

Por último, la gran convocatoria fue para presenciar el recital del Chaqueño Palavecino, un verdadero referente del folclore nacional.

Se dice que los pueblos siguen el destino que marcan sus hombres. Cuando éstos paran, los pueblos vegetan o mueren. Cuando se cargan de ideas positivas, de fe, como la que vimos en San Vicente, los pueblos viven y se convierten en ejemplos a imitar.

En un principio, todos miraron al cielo para pedir buen tiempo. Al final, lo hicieron para agradecer y demostrar que, a cambio, rindieron homenaje al trabajo de su gente y al futuro mejor que augura a un pueblo esforzado y noble.