Por el buen camino

En los últimos tiempos, venimos escuchando hasta el cansancio, los insistentes reclamos de los productores agropecuarios de la provincia en materia de caminos y rutas.

La red caminera provincial, es cierto, ha venido sufriendo los embates de los años sin ninguna atención o mantenimiento por parte de los gobiernos. Durante décadas, los caminos y rutas quedaron librados a su suerte; y los sucesivos gobiernos, agobiados por sucesivas crisis, debieron priorizar los escasos recursos recaudados para solucionar otros problemas, generalmente más urgentes.

Fue así que nuestra red caminera fue transformándose en un sistema vial destruido, anticuado e inseguro, en donde los índices de muertes por accidentes evitables batía record año tras año.

Pero el campo, gracias a su crecimiento de los últimos años, volvió a impulsar la necesidad de ponerse al día en esta materia. El proceso de crecimiento del sector requería una red caminera más moderna y en buenas condiciones.

Gracias al mayor ingreso de divisas, en un año con exportaciones récord en materia de manufacturas de origen industrial (18% superiores al año pasado) y manufacturas de origen agropecuario superiores en un 25 % al ciclo pasado, las arcas del estado pudieron aplacar parte de este reclamo productivo.

Hoy, vemos en desarrollo algunas de las obras tan largamente reclamadas. Por ejemplo, para poder sacar la producción de granos del norte de la provincia y de provincias vecinas hasta el puerto de Reconquista, se estudia realizar la traza de 150 kilómetros de la ruta provincial 31, que unirá Intiyaco con la ruta nacional 95, a la altura de Santa Margarita. Dicha obra, permitiría ahorrar la suma de 47 millones de pesos en concepto de flete, además de recuperar 5 millones de hectáreas para la producción.

En el departamento Vera, los 166 kilómetros vitales de la ruta 3, entre Garabato y la ruta 40, requerirá una inversión de 17 millones de pesos para la licitación de este último tramo.

Mientras que 19 millones costará la pavimentación de los 16 kilómetros que separan a Hipatia de Sarmiento, intensamente transitados, pertenecientes a la ruta 80. El ingreso a Ceres, aunque perezca mentira, finalmente se terminará, concretando los 30 kilómetros que separan a esta ciudad con la intersección de la ruta 2.

En cuanto a la licitación de las obras de canalización y alcantarillado de los bajos de Emilia, permitirá que la ruta nacional 11 no sufra anegamientos, con un costo de $ 724.000.

El enripiado de la 38 conectará a la gente de Hersilia y Huanqueros y sacará del aislamiento a Ambrosetti.

Según fuentes oficiales, este gobierno lleva pavimentados más de 580 kilómetros de rutas. Una decisión plausible, que además requiere el constante seguimiento y mantenimiento para que esas inversiones no sean en vano. El desafío del crecimiento productivo que el mundo nos reclama requiere obras de infraestructura a la altura de los hechos.