El invitado
Crecimiento no es desarrollo

Afirmamos, categóricamente, que crecimiento no significa desarrollo. En todo caso, también en lo agropecuario, crece la producción, pero también crece la concentración.

Existe una visión distorsionada del sector agropecuario. Estamos asistiendo a una tendenciosa exaltación de la realidad agropecuaria argentina, que pretende desconocer que no todo el campo es lo mismo. Por lo tanto, hay una idea generalizada de que el campo está lleno de plata.

Hay 6 mil familias que se llevan más de la mitad de las ganancias. La estructura latifundista es abrumadora. Además, se sigue profundizando el sistema productivo de monocultivo sojero.

Entre los problemas estructurales crónicos del campo, además del uso y la tenencia de la tierra y la presión impositiva importante, porque es regresiva y distorsiva, están el deterioro de las economías regionales y el derecho de preservar el uso propio de la semilla por parte del agricultor, que son temas a tener muy en cuenta.

Hay también una ausencia de una diversificación productiva. En el caso de la lechería, debemos cargar contra el aumento de las retenciones, y es para lamentar la ausencia de una estrategia para fomentar la producción porcina.

En tanto, debemos considerar como aislada a la medida para limitar en 300 kilos el peso mínimo de faena de animales vacunos.

La falta de previsibilidad en actividades menores, tales como apicultura, forestación, frutihorticultura, vitivinicultura y producción cunícola es marcada.

La promoción del desarrollo rural sólo será posible como parte del desarrollo nacional en su conjunto.

En cuanto a la política, debemos tomar como eje el proceso electoral legislativo. Los temas productivos son utilizados en ocasiones y como estrategia de campaña, pero no forman parte de las propuestas electorales.

Si bien algunas acciones del Gobierno (sostener un tipo de cambio competitivo, aumentar el presupuesto para educación, entre otros) son interesantes, hay una peligrosa continuidad de la lógica impuesta por el mercado cuando se mira a la economía en forma integral.

Continúa la extranjerización de la tierra y la titularización de los ocupantes precarios de los campos sigue siendo una asignatura pendiente que afecta a más de 100 mil familias campesinas. Las posibilidades de arraigo de las nuevas generaciones son inexistentes.

En ese sentido, es para elogiar la reforma agraria que está desarrollando Hugo Chávez en Venezuela.

La recuperación de la soberanía, el tema de la deuda externa y también una lectura sobre el sistema financiero, que incluye un fuerte respaldo a la banca pública y cooperativa, son temas que no pueden faltar en las discusiones.

Como tampoco las operaciones de comercio exterior. Las exportaciones agroalimentarias están concentradas en 4 grandes multinacionales, con una mínima presencia de las cooperativas.

Eduardo BuzziPresidente de la Federación Agraria Argentina