En el marco de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, que se desarrolló hasta hoy en Rosario, la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia llevó a cabo una actividad pedagógica y de recreación para chicos y adolescentes y para contingentes escolares con capacidades diferentes. El objetivo principal fue llegar a ellos y educarlos en cuanto a sus derechos.

Según manifestó Patricia Traba, miembro de dicha Secretaría en nuestra ciudad, la organización de la feria giró alrededor de varios aspectos relacionados con la cultura, ya que, además de buscar que reinen los libros, se le quiso dar un valor cultural agregado al lugar, ya que fue un gran testigo de una parte oscura de nuestra historia.

"La feria se desarrolló en la sede del gobierno provincial, en San Lorenzo 1949, con el objetivo de refuncionalizar una parte del edificio donde tiempo atrás funcionó la vieja alcaidía y, en la época del Proceso, un centro clandestino de detenidos, el cual, además, se va a mantener como está y será utilizado como museo de la memoria, a modo de símbolo de algo que no debe pasar nunca más", expuso Patricia.

"La Secretaría de Derechos Humanos fue invitada a participar en el evento y por eso decidimos organizar una actividad que consistiera en pensar de qué manera, en qué lenguaje podíamos codificar los derechos de los niños con el objetivo de que el mensaje les llegara en su idioma. Finalmente, el cuento La aventura de Federico en el mundo de los derebichos fue el resultado que conseguimos", agregó.

Coloridos y grandes paneles pintados a mano fue lo que se pudo observar en una vista general del lugar. Y lo que primero llamó la atención de los chicos. Los cuadros estaban descriptos en sistema Braille, ya que la idea fue que todos los niños aprendieran y conocieran sus derechos.

Federico es un chico que todos los días va a la escuela porque quiere aprender y estudiar y, sobre todo, para que su mamá se sienta orgullosa de él. Pero en uno de sus días de clase, y minutos antes de que sonara el timbre de salida, la maestra le dejó como tarea investigar sobre los derechos del niño.

Por la noche, y tras no conseguir demasiados datos sobre la consigna, se fue a dormir muy preocupado, sin saber que el sueño que tendría le serviría para comprender lo que se le había pedido.

Muchos personajes van a aparecer en la historia, entre ellos: la navestruz, el tordo, el camillo, la vacuna, el terómetro, el gatorrante y el pulpitre, coloridas especies que habitan en el mágico país de los derebichos.

Como mensaje, el derecho a la vida, a la salud integral, a la identidad, a la educación, a jugar y a no trabajar, a crecer en un ambiente sano, a tener una familia y a poder opinar son algunos de los que se reflejan en el cuento que atrapó a los chicos y a los grandes que visitaron la feria.

"Sé que como niño tengo derechos pero, gracias al cuento, aprendí cuáles son", manifestó Milton, de 9 años.

"Nos gustó mucho la historia porque aprendimos que todos tenemos derecho a opinar, a que sean los grandes los que trabajen y no nosotros, a una familia y a la educación", comentaron Fernanda y Belén.

Por otro lado, el trabajo en equipo fue lo que prevaleció para que los resultados de la actividad fueran positivos y el mensaje pretendido se pudiera difundir de manera exitosa.

Por último, miembros de la Secretaría de Derechos Humanos informaron que la actividad se va a ofrecer y organizar en el resto de la provincia para poder llegar de la misma manera a todos los chicos.

Organización

La Feria del Libro Infantil y Juvenil fue organizada por la ONG Vení a leer con Nosotros y auspiciada por el gobierno de la provincia y la Caja de Asistencia Social. Se desarrolló en la sede de la gobernación de la ciudad de Rosario, sita en San Lorenzo 1949.