"Vamos a ganar... estoy seguro. Hemos acumulado la suficiente experiencia al cabo de estos tres últimos años y esta vez no se nos puede escapar. Ya vas a ver". La frase pertenece a Gonzalito Pieres y fue vertida antes de la final del abierto de Tortugas -el primero de la triple corona del polo argentino-, preanunciando lo que vendría luego.

Y fue así nomás. Victoria de Ellerstina (35 goles de handicap) sobre su rival La Dolfina (36). Ya habíamos anticipado en nuestra anterior entrega, lo que luego se convertiría en realidad; una superioridad manifiesta e incuestionable del equipo de los hermanos Pieres y Mac Donough, puesta de manifiesto en todos los sectores de la cancha y a lo largo del partido, con un juego muy sólido de palos largos y precisos, pegando de primera, como lo indica el más elemental manual del polo clásico, y que en ningún momento vio comprometido su triunfo a lo largo de los siete chukers de disputa.

Por el lado de La Dolfina todo fue resignación. Sólo la enorme voluntad y experiencia de Mariano Aguerre y los chispazos de genialidad a los que nos tiene acostumbrados Adolfito Cambiaso, mostraron en poquísimos pasajes del partido, la intención de ensamblar una línea de juego que permitiera a su equipo vislumbrar al menos, una cierta capacidad de reacción. No pudo ser, o no lo supieron lograr. Sus cuatro integrantes así lo reconocieron y los parciales confirman lo expresado: 3-1, 4-3, 7-4, 10-6, 12-9, 14-11 y 16-13 (final). Así las cosas, Ellerstina nunca vio amenazada su victoria. Su triunfo se debió mas a méritos propios, que a errores de su adversario, excelencia superlativa en su caballada, brindando una plena demostración de poderío y ratificando que -sin lugar a dudas- estamos en presencia de uno de los equipos de polo más completos de los últimos tiempos. Sus casi 24 años de promedio de edad hablan a las claras del enorme potencial actual, presagiando un promisorio futuro, habida cuenta la juventud de sus integrantes.

Ellerstina, con este triunfo, asciende el primer peldaño que lo puede conducir -en caso de triunfar en Hurlingham y Palermo- al logro de la Triple Corona, accediendo de esta forma sus cuatro integrantes a la obtención de la máxima valorización por equipo y por jugadores a los tan ansiados 40 goles de handicap.

Pablo Mac Donough fue elegido el jugador más valioso de la final y la yegua Niña Linda el mejor producto Polo Argentino.

Un último párrafo para describir la inmensa alegría de Gonzalo Pieres, al recibir a sus hijos y sobrinos (los Mac Donough) al final del partido en los palenques y en la posterior entrega de premios. Le llegó merecidamente la hora de cosechar lo que sembró. Con el agregado de haber podido confirmar ese viejo adagio que manifiesta: "De tal palo... tal astilla".