Análisis
¿Una muerte evitable?
Por Daniel Monticelli

Soy de los que están convencidos que cada ser humano tiene su destino signado. De todas formas, este accidente que se llevó la vida de Julián Alfaro, de solamente 28 años y oriundo de la localidad de Bragado, es para analizar en sus distintos aspectos. En primer término aclaro que no estuve en Mar de Ajó, lugar donde se sucedieron los hechos, pero sí me informé a través de colegas que me merecen el mayor de los respetos por su profesionalidad.

El choque: se estaba desarrollando la clasificación sabatina, el auto de Julio Francischetti se despista y queda cruzado en parte dentro de la pista. Christian Dose logró sortearlo sin inconvenientes, mientras que Alfaro aparentemente lo vio pero tarde; bloqueó pero el impacto fue inevitable. El impacto no fue ni de frente, ni de atrás, resultó bastante "raro". Pegó con la rueda trasera derecha, vale decir que hubo un contacto lateral.

Ayer, en una rueda de prensa la gente de la Top Race -categoría en la que sucedió el accidente- explicó y mostró cómo había quedado el Citro‘n C5 que conducía el "Flaco". Parecía como que estaba intacto, al menos la butaca no se había movido de lugar. ¿Llevaba todos los elementos de seguridad que tiene que usar un piloto profesional? Hay quienes aseguran que no; por ejemplo, que el collarín estaba al lado de la butaca. El casco no habría reunido las condiciones reglamentarias (aquí ya se entra en otro terreno, quién controla la indumentaria del piloto); no estaba usando el sistema HANS -este probado protector de cervicales y cuello no es obligatorio en la Top Race. En la única categoría de Argentina que sí está reglamentado su uso es en el TC 2000. De todas maneras, algunos expertos sostienen que al dar el auto el "latigazo" y por la forma ergonométrica de Alfaro (era una persona alta y delgada), no habría servido de mucho, por ser el golpe lateral.

Hay que tener en cuenta algo, el impacto tuvo una dureza de 36 a 38 G; vale decir que la fuerza que tuvo que soportar el cuerpo de Julián fue de algo así como de í180 mil kilogramos!

Volvemos al tema recurrente e inagotable: seguir trabajando en pos de una mayor SEGURIDAD, aunque no exista al ciento por ciento. Ojalá que esta otra vida que se llevó el deporte motor, sirva de algo.