Cartas a la dirección

Palabras a mi hija

Señores directores: En esta época de desánimo y dudas, de falta de ética, donde todo es transitorio, pasajero y fugaz, hay una mujer que está pensando por ti, luchando por ti, esperando por ti, que no busca razones para tener fe en sus hijos. Hija querida: a veces la vida te hace caminar en la cornisa, a veces alguien te traiciona; hay escépticos en tu camino y también seres cuya propia felicidad es el único propósito de sus vidas, pero hay una mujer que de alguna manera está siempre, la sientes con su amor imperecedero, con su magia y su tolerancia para mantener el equilibrio y en vez de tristezas haciendo flores con tus penas. Para ella nada está perdido, atesora emociones y trata de empujarte a fines superiores. Las obras que nacen del genio de las madres son todas obras de amor; cada madre suele ser más grande que lo que ella misma piensa.

La mamá le contó a su niña de cuatro años la historia de su adopción, ella escuchó atenta y le contestó: "Cuando yo estaba en la panza de la otra señora, te extrañaba mucho mamá". Las madres del corazón tienen la generosidad de los santos y no existe ninguna sin un corazón sensible. Su niño es una esperanza y la esperanza, una alegría anticipada. Nuestra primera educación es la que más importa y ésa pertenece a la madre; de ella dependen nuestras costumbres, placeres y pasiones; sólo tratan de enseñarle a sus hijos a practicar el bien como base. Y si no tienes ganas de ser ni de hacer, escucha su mensaje; es uno solo: "Te amo, hijo mío".

Había una vez una madre que andaba por su hogar como transportando sobre sus hombros los veinte tomos de una enciclopedia que había leído de adolescente y que siempre releía para transmitir sus reglas a los hijos.

Máximo Gorky, en su obra "La Madre", compara la vida con un viaje en el que las razones de la madre nos hacen crecer y madurar mientras se mantenga el fuego familiar encendido. Si hay una madre en el hogar, se siente la fragancia del amor. La felicidad también tiene el nombre de mamá. Háblale de cualquier tema y ríe con ella. A su lado tienes el deber de tener sentido del humor, tenerlo es ser consciente de la relatividad de las cosas y hacerle compañía consiste en añadir calidez a la vida de mamá.

"Padre, mi niño es incorregible", le dice una madre al cura, a lo que él replica: "¿No será que tal vez le falta mucho, mucho amor, señora?".

El tiempo parece muerto en un hogar vacío, parece eterno, parece loco cuando perdemos las ilusiones. El tiempo corre al frente, adelante, envejece todo, acaba con todo, pero el amor de tu madre siempre prende, como un gajo en primavera.

Clary Miroznik German.Ciudad.