"Los colores de nuestra realidad" se llama la revista que está llevando a cabo el Grupo Referente de la Unidad Penal N°2 Las Flores de la mano del Cipress y la Biblioteca Gral. San Martín.

El jueves presentaron el segundo número del medio de expresión que encontraron para dar cuenta de la actividad de la que son protagonistas y contar la mirada desde la realidad cotidiana.

"Los colores de nuestra realidad nos invita a alejarnos de ese remolino que muchas veces nos asfixia, para de este modo reflexionar sobre los colores que toman nuestros corazones, asiento de emociones y actitudes", dicen los hacedores, que en la presentación oficial de la publicación -27 de mayo- encontraron "colores"de fiesta: "el rojo: como la pasión que pusimos para que todo esto fuera un éxito; blanco: por la cordialidad de Plana Mayor y Personal Subalterno del Servicio Penitenciario al congratularse con este día especial para nosotros; y verde: por la esperanza de seguir siendo, desde este lugar, `predicadores de libertadï".

En esta edición el Grupo Referente -constituido a partir del trabajo de prevención del sida del Cipress- sostiene la convicción de continuar en la lucha para "mantener este espacio destinado a aquellos compañeros internos que deseen rehacer su mente, su corazón y motivaciones". Solicitan a la sociedad una mirada y que "haga entender a la justicia que no está obrando bien".

A su vez ratifican el reclamo de ética institucional, trabajo digno, políticas económicas, educativas y sanitarias equitativas. Que no se legisle improvisando o ante la presión pública. Que los gobernantes conozcan la humanidad de quienes viven en sectores excluidos y que quedan por ubicación geográfica literalmente despreciados".

Hay artículos de distintas temáticas: algunos que hablan del pabellón y la fe evangélica; otros que continúan con la información y comunicación de experiencias sobre el trabajo de prevención del sida y el uso del preservativo, y también sobre las consecuencias del tabaquismo.

Con el título "Son prioridad los talleres intramuros", el grupo le hace una entrevista al director general del Servicio Penitenciario, Fernando Rosúa. Allí el funcionario manifiesta la necesidad de que las actividades de tratamiento, educativas y laborales ocupen un primer lugar dentro del penal. "Es una tarea ardua ya que conlleva un cambio cultural dentro de la institución: tanto el detenido como el personal deben pensar que la función esencial del servicio no es sólo la custodia sino también trabajar para que la gente a la que le toca pasar un tiempo en una cárcel pueda salir de ella con mayores aptitudes, o elementos para poder insertarse nuevamente de la sociedad. Y esto requiere construir lugares apropiados no sólo para el alojamiento sino para que incluyan también talleres y escuelas".

Rosúa informa sobre la creación de la Dirección de Educación, Trabajo y Cultura con el objetivo de promover actividades de laborterapia.

Interrogado por los internos acerca de la realidad de la unidad de Coronda después de la tragedia de abril dijo que "hubo una toma de conciencia por parte de todos acerca de qué había que cambiar, que no se podía hacer que funcione la unidad de esa manera" y que con 1.600 internos en una infraestructura para alojar 700, esto "hizo que la unidad explote".

La circulación de la publicación es intracárceles y llega a los presos de las unidades N°1 de Coronda, N°2 de Las Flores y su pabellón de menores, N° 3 y 4 de Rosario, y la N°5 de mujeres de Santa Fe.