Santo Tomé / Curva Maurig (página 2)
Los Capoccetti, pioneros del lugar
Carlos y Raúl Capoccetti viven muy cerca de la Curva Maurig, por la avenida Riccheri pero hacia el este; llegaron a dicho sitio hace unos cincuenta años, cuando era conocido como Campo Pretti.

Carlos Elías Capoccetti tiene 71 años, es jubilado metalúrgico, después de haber trabajado en las empresas DKW, Fiat y Tool Richard; está casado desde hace cuarenta años con María del Rosario Serra y tiene dos hijos, Silvia y Norberto. Raúl Francisco, su hermano mayor, cuenta con 73 años y se dedica a realizar parquizados y jardines; casado desde hace cuarenta y cinco años con Norma Mabel Pujato, es padre de tres hijos, Sonia, Sergio y Fabiana. La familia de ellos se completa con otros dos hermanos, Alberto Ermindo y María Matilde, esposa del actual intendente Angel Piaggio.

Carlos y Raúl tienen sus viviendas a unos cien metros del Bar de Pocho y residen muy cerca de la planta de Totalgaz. Carlos, sobre quien `recayó' el peso de la charla, vive en Riccheri 3155; Raúl, que asintió a su hermano en cada anécdota y cada vivencia, tiene la suya en Vélez Sarsfield 4345. Tenían unos veinte años cuando sus padres se mudaron al lugar.

Puro campo y quintas

"Nosotros hace más o menos cincuenta años que estamos en la zona de la curva Maurig; antes vivíamos más cerca de los cuarteles. Conocemos todo el barrio, al que antes llamaban Campo Pretti. Era todo campos y quintas, hasta la Estancia de los Costa -que estaba bien en la curva-, donde ahora está la parroquia Nuestra Señora del Luján", describió Carlos, haciendo referencia en el último párrafo al lugar que también se conoció como Huertas del Luján -ahora Adelina Oeste-, que era propiedad de don Ignacio Costa, cuyas hectáreas iban desde las islas hasta San Agustín.

"Nuestros estudios primarios los realizamos en la Escuela N° 166 Ignacio Crespo, que nos quedaba a unas diez cuadra de casa. Hacíamos ese recorrido a pie, pero había chicos que iban a caballo, como los Lombó, que venían de más allá de la estancia; a ellos le quedaba mucho más lejos. En el barrio, que alguna vez perteneció a Sauce Viejo, había muy pocas construcciones, sólo para el lado del norte, donde se encontraban alguna casitas; pero para el sur no. Pero donde nosotros estábamos era todo quintas, desde la ruta 11 hasta los cuarteles", agregó Carlos, quien llegó como ciclista llegó a ser doble campeón santafesino; además, en dos oportunidades corrió la clásica Rosario-Santa Fe, saliendo cuarto en una de ellas. Su esposa recordó que cuando él y sus hermanos iban a correr al centro de Santo Tomé, los seguidores de otros corredores les gritaban `batateros' o `repolleros'.

"Desde chicos nuestra vida se centró en el trabajo en el campo; éramos quinteros, es cierto, pero lo que más se cosechaba era papa; también otras legumbres, pero principalmente papa. En mi caso eso fue hasta los veinte años, después me dediqué al ciclismo y al taller", aseguró Carlos, que desde hace unos quince años tiene el tallercito de bicicletas pegado a su casa, aunque llegó a tenerlo en varios lugares céntricos de la ciudad. De vez en cuando sale a despuntar el vicio y se sube al rodado a pegar una vuelta.

Etapa de crecimiento

"El mayor auge se empezó a dar cuando se loteó el campo de los Pretti, mis abuelos; en total unas 21 hectáreas. Entonces se empezó a edificar. Allí fue que compraron los Arias, integrantes de la firma Argón -predecesora de Totalgaz-, junto a Gonella; iban a poner una fundición, pero no lo hicieron y se pusieron a cargar gas y edificaron la planta", redondeó Carlos, a quien le gustaría que el ingreso a un segundo puente Santo Tomé-Santa Fe fuera por la avenida Riccheri: "Me parece que sería lo mejor, porque creo que haciéndolo por acá tendrían que hacer un menor gasto, sería menos largo y los vehículos saldrían por afuera del centro; es lo más apropiado".

Luego se refirió al incremento del tránsito; del nudo vial, al que no considera apto, porque no pudo controlarse el tema de la velocidad; de los accidentes de ciclistas y peatones en la curva; de la necesidad de contar con algunos lomos de burro más y de la falta de seguridad. Muy a pesar de que la policía hace sus rondas y controla el lugar de noche -a pocas cuadras para el oeste, desde 1999 funciona la Subcomisaría 23ra.-, generalmente a pedido de Totalgaz, principal destinataria de los robos.

Raúl, por su parte, reconoció que de su época de juventud lo que más recuerda son las calles angostitas, las andanzas en bicicleta con su hermano Carlos en la arena; la niñez en Las Cuatro Bocas y los recorridos desde los cuarteles, por Candioti -que era de tierra-, hasta el almacén de Gasparotti en avenida 7 de Marzo, que se hacía en sulki, dejando el caballo atado a un poste. "Cuando hicieron el asfalto de Candioti nos vinimos para la Curva Maurig", aclara; para después, rememorar las escapadas a la esquina de Pocho a tomar unos lisos.