El 432° aniversario de la fundación de Santa Fe


El martes, a las 18, tendrán lugar en el Parque Arqueológico Ruinas de Santa Fe la Vieja los actos centrales conmemorativos.

El acto oficial estará presidio por el gobernador de la provincia y su gabinete. Este año, sin embargo, la celebración tendrá un matiz popular, habrá números musicales y está prevista la participación de uno de los chamameceros más conocidos del país, Antonio Tarragó Ros.

Previamente, actuarán grupos musicales y de danza pertenecientes a la zona de la Costa, habiéndose previsto un cierre resonante, con el lanzamiento de fuegos de artificios. Habrá una iluminación especial del Museo de Sitio, en cuya explanada se desarrollará el acto, exhibición y venta de artesanías de la región en puestos de venta organizados por la Comuna de Cayastá.

Durante el acto central, hablará el gobernador Jorge Obeid y el académico español Martín Almagro Gorbea, quien invitado por el gobierno de la provincia, viajará desde Madrid a conocer las ruinas. También se unirá a los actos conmemorativos el Dr. Alberto De Paula, presidente de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos.

El propósito de la presencia de los dos invitados especiales a las celebraciones es el de impulsar, desde gobierno provincial, la presentación de la candidatura de Santa Fe la Vieja a la lista de bienes considerados por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

La ciudad y sus enigmas

La Santa Fe de Garay fue fundada el 15 de noviembre 1573, sobre el cauce del río San Javier -por ese entonces, llamado Quiloazas-. Fue parada y posta en los caminos terrestres y fluviales que comunicaban el Paraguay y el Río de la Plata con Tucumán y Cuyo, Chile y el más distante Alto Perú. Un lugar de abastecimiento y comercio, aunque sufría el aislamiento en tiempos de creciente y la erosión de sus barrancas. A lo que se agregaba el continuo avance de nuevos grupos indígenas.

En 1649, sus cabildantes decidieron trasladarla a 80 kilómetros de su lugar original, donde hoy está emplazada. Las crónicas relatan el lamento de los vecinos que se resistían abandonar el lugar, sus iglesias, sus muertos y todo cuanto habían construido.

La ciudad nueva se llamó Santa Fe de la Vera Cruz. Tuvo un trazado ordenado en cuadrícula idéntico a la primera, donde cada vecino ocupó un terreno ubicado en la misma orientación al que poseía.

El tiempo, el río y la tierra sepultaron a Santa Fe la Vieja. La ciudad que en un principio se organizó en torno de nueve españoles y ochenta mestizos, en el momento de su traslado, tenía 800 habitantes y un sorprendente progreso económico en relación a su población.

Trescientos años más tarde -en 1949- siguiendo los indicios que ofrecía la Santa Fe actual, don Agustín Zapata Gollán comenzó las excavaciones que condujeron al sensacional hallazgo al encontrar las huellas de aquella ciudad que permanecía en la memoria, la leyenda y el olvido.

De la redacción de El Litoral